Familia

La vida sexual de nuestros hijos

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En la actualidad, al tema de las relaciones sexuales se le ha quitado un tanto lo prohibido. Para los jóvenes de generaciones actuales, el mantener sexo con su pareja es algo normal, sin la necesidad de solidificar la relación mediante el matrimonio.

Indiscutiblemente el sexo forma parte natural en una relación, ya sean casados o no; más aún si es una pareja estable. La sociedad actual suele hablar del sexo presuntuosamente, especialmente entre adolescentes, lo cual puede traer consecuencias, pero como padres siempre podemos hacer algo al respecto.

En la mayoría de las ocasiones el tener sexo prematrimonial no significa un compromiso formal, acarreando inseguridades, especialmente en el hombre, surgiendo la pregunta típica “si se acuesta conmigo, con cuantos más podría hacerlo”. En los jóvenes puede afectar su estabilidad emocional, más aún en la mujer que generalmente sueña con formar una familia y trae consigo cuestiones morales que fueron inculcadas en su hogar.

Para los jóvenes la experiencia sexual resulta totalmente gratificante; existen casos en que una mujer joven se casa después de haber tenido más de una pareja y varios encuentros sexuales, generando pensamientos negativos en su pareja como: “con cuantos lo haría” o "sería capaz de serme infiel". El hecho de haber mantenido relaciones prematrimoniales no impide tener un buen matrimonio, pero si implica otros factores difíciles de superar, como la desconfianza, celos e inseguridad.

Si se mantienen muchas relaciones en las que está implicado el sexo, podría dejar un vacío, al sentirse utilizada o engañada con el único fin de conseguir ese momento.

Como padres se les enseña que las relaciones sexuales pueden traer consecuencias y en muchos casos no se hablaba de sexo tan abiertamente como en la actualidad. Hoy en día, se les habla de diferentes métodos de protección tanto para enfermedades o embarazos no deseados. Es primordial hablar con ellos de las consecuencias y los cuidados para evitarlas, así como saber escuchar y desarrollar una relación de confianza mutua para su formación.

Hacer consciencia que todo llega a su momento, sin necesidad de recurrir a medidas drásticas, ayudarlos a desarrollar un comportamiento sexual responsable y seguro. No es fácil tocar el tema con los hijos adolescentes, pero definitivamente podrían hacer la diferencia.

 

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