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Botín de guerra

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Si te has separado y tienes problemas en la relación con tu ex y tus hijos, o la separación ha afectado de manera negativa el rendimiento escolar o el comportamiento de tus niños, tal vez te resulte útil leer estas ideas.

Los hijos no son un botín de guerra: los problemas que tengas con tu ex pareja les corresponde a ustedes dos. No hay por qué hacerlos partícipes a ellos ni “usarlos” como rehenes en caso de no obtener lo que deseas de la otra parte (por ejemplo, no dejar que los vean o que hablen con ellos porque se atrasó o no paga la cuota por alimentos).

Los problemas que tengas con tu ex son tuyos: probablemente creas o pienses un sinfín de cosas horribles y negativas de tu ex. No voy a discutirlas, es más, hasta puedes tener la razón en la mayoría o en todas ellas; sin embargo, es necesario que mantengas a tus hijos lo más al margen posible de tus desavenencias pasadas y presentes, y que les evites enterarse de detalles desagradables, sobre todo, cuando son pequeños.

Los hijos de padres separados, además de intentar sobrellevar el enorme dolor que les provoca que sus padres ya no estén juntos, muchas veces tienen que lidiar con la pésima relación existente entre sus progenitores. Todo lo que puedas hacer para ayudarlos a sentirse mejor y a construir una imagen interna positiva de padre y de madre es bienvenido.

Los hijos de padres separados no son los causantes de la separación. Sé que tú lo tienes en claro, pero los niños suelen preguntarse hasta qué punto son culpables de lo que sucedió en su casa (en especial, si fueron motivo de una o de más peleas). Habla con ellos, hazlos sentir bien, reafirma sus personalidades, ten cuidado con lo que dices; a veces, involuntariamente, podemos estar generando angustia en los pequeños, y todo lo que quede plasmado en esta etapa de su vida influirá en su futuro como adolescentes y adultos.

Los hijos tienen derecho a comunicarse y a pasar tiempo con su padre y con su madre. Salvo una situación en la que ellos corran verdadero riesgo (lo que debería establecer un juez, un asistente social, un médico u otro profesional competente), separar a tus niños del otro progenitor es una de las peores ideas que te puedan venir a la mente.  No les enseñes a tus hijos, en carne propia, qué es la venganza o el resentimiento: mejor, demuéstrales lo que es la tolerancia y que el amor que sientes por ellos es mayor a todos los sentimientos no resueltos que albergues dentro de ti.

¿Te has sentido identificado, de alguna manera, con lo detallado?

Escrito por: Merlina Meiler

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