Llega diciembre, y con ello la época de sacar la creatividad para adornar. A veces un pequeño detalle hace que la tradicional decoración navideña se convierta en algo bonito y original.
Como primera opción, tenemos una decoración clásica y elegante, con la que sin duda triunfarás. Su seña de identidad es el gran abeto que preside el salón; la guirnalda en la chimenea y los centros de velas también son importantes para recrear el ambiente navideño clásico, ese que nos transporta a la infancia. No olvides buscar un rincón para exhibir las tarjetas navideñas de amigos y familiares.
Como segunda opción te propongo que decores tu hogar al estilo nórdico o minimalista. La sencillez define este estilo típico de los países del norte de Europa. Por eso para decorar el salón sólo se utiliza un abeto de pequeño tamaño, con ligeras figuras. Como complemento, algunos regalos bellamente envueltos a sus pies. También puedes realizar esta decoración eligiendo adornos delicados, en color blanco y con aplicaciones de madera. Simplifica la decoración navideña con unos complementos que cuelguen del techo en un rincón o delante de la ventana a diferentes alturas.
La tercera opción es una decoración imaginativa. Con una dosis de originalidad puedes convertir los adornos del año anterior en nuevas opciones para tu casa. Recupera algunas bolas del árbol y cuélgalas frente a la ventana con una cinta en raso o terciopelo. ¡Es tan sencillo! En esta composición la diversidad aporta equilibrio con decenas de velas en colores, formas y tamaños.
Y por último combina blanco, plata y oro. Luminoso y acogedor, Adorna tu árbol con complementos en tonos metalizados y luces distribuidas por las ramas desde la base hasta la copa. A su lado, los regalos amontonados.
¿Tú qué propones para la decoración navideña?
