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Abuso sexual en mujeres

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Se estima que por cada 10 casos de abuso sexual, nueve se cometen contra mujeres.
México ocupa el lugar 16 en la incidencia de homicidios contra mujeres a nivel mundial.

La violencia contra las mujeres no respeta fronteras geográficas, culturales o económicas, ni edades. Tiene lugar en el hogar, trabajo y en las calles, siendo dentro del ámbito familiar la mayor manifestación o incidencia.

Este tipo de violencia es un abuso que refuerza las jerarquías de género y edad, en este sentido las mujeres también pueden agredir y ser violentas, sin embargo, en México del total de personas generadoras de violencia, 91 de cada 100 son hombres y 9 mujeres, de acuerdo a estadísticas del INEGI.

De igual manera, DEMAC (Documentación y Estudios de Mujeres AC) señala que México ocupa el lugar 16 en incidencia de homicidios contra mujeres a nivel mundial. También El Instituto Nacional de las Mujeres informa que 25 de cada cien mujeres mayores de 15 años, es abusada sexualmente, en algún momento de su vida, de niñas, de adolescentes, siendo novias, ya casadas o aun siendo divorciadas o viudas, por sus parejas ocasionales.

Annabel Gómez Mayo, Psicóloga y Terapeuta en abuso sexual, comenta que “generalmente es en el contexto familiar donde se da este tipo de abuso, siendo los padres, abuelos, tíos, primos, hermanos, padrinos e invitados, quienes lo cometen”. Refiere que en la calle también ocurre, pero es más frecuente en el ámbito familiar, digamos que 20% en la calle y 80 % en la familia, lo cual lo hace más fácil de callar.

La población infantil es donde más comúnmente se da el abuso, ya que son dependientes de sus familiares y más vulnerables, perpetración que además los niños y niñas la padecen por años. Luego es en la etapa de la adolescencia, y finalmente en la pareja.

Gómez Mayo, certificada por el International Traumatology Institute, define el abuso sexual, como toda conducta que tiene connotaciones sexuales que van en contra de la voluntad del otro.

El abuso sexual es cualquier conducta de violencia que signifique el sometimiento, control y humillación de otra persona, y que dependiendo de la forma del contacto físico, de la edad de la víctima, el género y el consentimiento, entre otros factores, determina el daño vivido.

“Existe el abuso y la agresión sexual, en ésta última hay tres formas de penetración que son por vía oral, vaginal y anal. Ahora bien en el contexto de abuso hay un abanico de posibilidades que se distinguen desde la forma en que se está mirando, a lo que llamamos miradas lascivas, miradas a ciertas partes del cuerpo, entre otras” comento la terapeuta.

Otra forma de abuso que se ha detectado son las imágenes que se pueden obtener fácilmente a través de los celulares, material que puede ser fotografía o video que es subido a las redes sociales.

De igual manera, otras formas de abuso son el contacto corporal a través de la frotación del pene o de manera directa a brazos o manos; que nos exhiban material pornográfico; el exhibicionista; las palabras intencionadas, lacerantes que llevan de manera implícita a la mención de los genitales, todas estas formas pueden suceder hasta llegar a la violación o agresión sexual.

Recupérate a ti misma

Muchas son la mujeres que han sufrido abuso y agresión sexual, y muy pocas se atreven a siquiera a decirlo, pues la persona que está siendo abusada se siente culpable y queda atrapada lo cual la lleva a patrones patológicos que van desde una autoestima lesionada, donde en ocasiones hay conductas que las llevan a auto lastimarse como hacerse cortadas en los brazos y piernas.

“Suceden muchas cosas en las mujeres que han pasado por abuso sexual desde sentir una sensación permanente de suciedad, de maldad, de no merecer, hasta descuidar su aspecto físico al no bañarse, o bien desarrollar conductas obsesivas en torno a la comida, comer en exceso o dejar de hacerlo. Se pueden presentar una serie de trastornos en el área sexual, como promiscuidad sexual o por el contrario, no querer tocar el tema nunca más. Trastornos en el sueño, como dormir poco o con sobresaltos, pesadillas recurrentes, o querer dormir todo el tiempo. Tener pensamientos obsesivos sobre el tema que no se pueden controlar”, señaló Annabel Gómez Mayo, especialista en terapia corporal.

De igual manera, las pacientes sobrevivientes pueden desarrollar trastorno por depresión, trastorno por estrés traumático, trastorno  por ansiedad generalizado, trastornos alimentarios, trastornos por dependencia de sustancias como alcoholismo o drogadicción. Estos trastornos son los más comunes como consecuencia de haber sobrevivido al abuso sexual.

Soy una sobreviviente

Soy una sobreviviente es el nombre del grupo dirigido a mujeres que han sufrido abuso o agresión sexual, que se reúnen todos los martes de 6:00 a 9:00 de la noche en Cerrada de Bajío No. 15, Col. Roma Sur. Es un espacio terapéutico que consiste en rescatar la relación con el cuerpo de forma suave y con respeto, a través de técnicas de terapia corporal, así como hablar sobre la experiencia ocurrida en un ambiente de contención y sanación. El grupo es de carácter anónimo y confidencial.

“Mi pasión sobre este tema y lo que me mueve a trabajar con mujeres es que se recuperen a sí mismas en todos los niveles, para empezar con su cuerpo. Nadie puede volver a decidir sobre ti y sobre tu cuerpo de ninguna manera. Liberarse del miedo y recuperar tu propio valor, autoestima y sobre todo, recuperar tu voluntad”, dijo.

soyunasobreviviente@gmail.com; www.soyunasobreviviente.com

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