Bienestar

¡Aprende a manejar tus emociones!

http://radio.studio92.com/laultimadespechada/files/2009/11/20061202200651-2006-4-4-mujer-estresada-anteojos1.jpgEscrito por: Chuchi Gonzalez

Quiero que pienses en aquellas emociones que se manifiestan en tu día a día, ¿Cuáles son las que tienen mayor predominancia? ¿Tristeza? ¿Enojo? ¿Ira?; y por supuesto, necesito que te enfoques en emociones, llamémoslas como coloquialmente se le dominan “emociones negativas,” puesto que a nadie le interesa aprender a manejar las llamadas “emociones positivas.”

Por emociones negativas, el común denominador entiende emociones que generan angustia, frustración, ansiedad; emociones que intoxican las relaciones, nuestra jornada, postergan sueños, y nos llevan de la mano al oasis de los excesos: comida, alcohol, sexo, drogas, trabajo, etc.
Ahora que ya identificaste la emoción que comanda tu vida, vas a imaginar que es un bocho verde (un auto escarabajo verde) que tú manejas (conducir) y lo llevas por las calles que deseas. Tienes el volante, el control de tu emoción en tus manos; fluyes con la emoción ahí calladita, -que sólo obedece-, doblas en la esquina, sigues 20 o 30 cuadras sonriendo, con la plenitud de saber que tú llevas a tu vida hacia donde quieres ir, porque el poder sobre tu emoción, -esa que te boicotea a diario, ahora está en ti-.
Al finalizar el día, estacionas a tu emoción en la puerta de tu casa; sientes un poco de cansancio, porque “manejar” produce fatiga, estar pendiente todo el tiempo de esto o de aquello, de lo que pasa o de lo que pueda pasar, genera agotamiento.
Ahora decides descansar, soltar, fluir, y de repente, escuchas que el motor se enciende sólo, miras por la ventana y ves con sorpresa que tu bocho verde ha cobrado vida y está preparado para salir. Sales corriendo para doblegarlo, para enseñarle quién es el que manda, pero ya es tarde, el bocho re calentó el motor, y explotó.
Esto es lo que haces toda vez que “manejas tus emociones”, cada vez que surgen e intentas torcer su camino natural, reprimiéndola, evitándola, medicándola, negándola; es como esconder la basura debajo de la alfombra ¿entiendes?. Qué no la veas o que los demás no la vean no implica que no existe.
Hay una tendencia natural en los seres humanos a la “resistencia”, a poner vallas frente a las cosas que nos producen sufrimiento, fuerzas contenedorasSi no te gustan las emociones que emergen, empieza a preguntarte ¿qué es lo que no te estás dando? ¿Qué falta en ti que hace que te enfades tanto o sientas vacío? que nos separen de eso que nos intranquiliza, y derrochamos toda nuestra energía, “custodiando eso” que no podemos cambiar (hechos) y aún así, insistimos en creer que podremos cambiarlo o peor aún en aquello que podemos cambiar (interpretaciones) pero creemos que es imposible de transformarse.
Este ímpetu de obstinación es el que nos seduce con la idea de “manejar las emociones”, y leemos libros, escuchamos discos, vemos películas, compramos fórmulas para aprender “Aprende a manejar tu emociones, hazlo ya”. Y eso lo sabemos hacer desde siempre, lo que debemos aprender es a “vivir las emociones”.
¿Qué son las emociones? Energía. El enojo por ejemplo es una energía cortada. Como si fuéramos una bola de energía hacia un lugar y de repente nos construyen una pared, la energía no puede pasar, se estanca, se bloquea. Cuando dirijo mi energía hacia algo o alguien y el otro no responde de la manera que yo esperaba, toda mi carga se bloquea, se siente coartada, se relaciona con la interrupción del camino que lleva a la satisfacción de mi deseo.
Pero hemos aprendido desde pequeños que el enojo, la ira, la tristeza, el temor, incluso la alegría no deben ser expresadas. De adultos cuando la sentimos no sabemos cómo esconderlas. No preguntamos ¿Qué hago yo con estas emociones? ¿Dónde las escondo para que no se den cuenta que en mí vive el enojo o la ira o la tristeza? Y las preguntas que deberíamos realizar es ¿Para qué me enojo o siento tristeza? ¿Qué dicen de mí estas emociones?
Las emociones surgen cuando nuestras necesidades básicas se sienten amenazadas, operan como alarmas de que algo no está funcionando en nosotros. Entonces ¿qué es lo que no queremos escuchar?
Las emociones emergen para ser expresadas. Etimológicamente el término emoción viene del latín emotĭo, -ōnis que significa el impulso que induce la acción ¿Qué crees entonces que sucede cuando no las paralizas? Ahora bien, si no te gustan las emociones que emergen, empieza a preguntarte ¿qué es lo que no te estás dando? ¿Qué falta en ti que hace que te enfades tanto o sientas vacío? ¿Qué áreas de tu vida no están en armonía? ¿Qué haces para alcanzar ese equilibrio?
Comienza a observarte, sólo así podrás empezar otro vuelo.

Escrito por: Chuchi Gonzalez
Coach Ontológico, Tallerista Motivacional, Escritora

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