Bienestar

El poder de la sonrisa

La sonrisa y la risa son consideradas como gesto universal de felicidad. Desde pequeñas nos enseñaron que debemos sonreír, que una sonrisa genera confianza, nos ayuda a hacer amigos y que incluso altera las percepciones de los demás sobre nosotros. Pero más allá de su función social, la sonrisa tiene efecto en nosotras mismas.

Investigaciones han señalado que sonreír, incluso si no estamos particularmente felices, puede favorecer nuestra felicidad. Un estudio dirigido por las investigadoras Tara Kraft y Sarah Pressman de la Universidad de Kansas, publicado en el Psychological Science, señala los beneficios de sonreír en nuestro humor y salud.

El estudio consistió en dividir a los participantes en tres grupos, a cada grupo se le instruyó para sostener unos palillos de tal forma que se simulara uno de tres gestos: un gesto neutral, una sonrisa estándar o una genuina, que incluye músculos de los ojos y la boca; a este grupo además se le pidió explícitamente sonreír. Mientras sostenían el gesto, se solicitó a los participantes que realizaran diversas actividades diseñadas para ser estresantes. Se encontró que aquellos que sonrieron, especialmente los que fueron instruidos para tener una sonrisa más genuina, reportaron menores niveles de estrés y ritmos cardiacos más lentos.

Sabemos que cuando algo nos hace felices sonreímos, pero también podemos hacerlo funcionar de forma inversa: al sonreír podemos sentirnos más felices. No es necesario que nuestra sonrisa tenga una causa específica, el simple gesto genera en nuestro cerebro una serie de transformaciones que liberan hormonas como serotonina y dopamina, lo que nos ayuda a sentir más felices y reduce el estrés.

Pero no solo la sonrisa influye en nuestro ánimo; fruncir el ceño, por ejemplo, nos hace sentir deprimidos y molestos. Así mismo, una investigación publicada en el Journal of Pain, encontró que ante algún procedimiento doloroso, aquellos que fruncen el ceño reportan más dolor que quienes mantienen un gesto neutral o relajado. Nuestros gestos, además de ser un reflejo de nuestro ánimo, influyen en él.

Podemos modificar nuestro humor y la clave está en nuestro rostro. La próxima vez que te sientas triste o estresada intenta sonreír, ese pequeño cambio puede hacer una gran diferencia en tu ánimo y tu día. No sólo reducirás el estrés, sino que también te relajarás, mejorarás tus relaciones, lucirás más atractiva y los problemas no se verán tan grandes.

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