Misticismo

Piscis: punto de partida y destino final del Desarrollo Humano

Escrito por: Jorge Barcena

El zodíaco se inicia en el llamado punto vernal o 0° de Aries y finaliza en el grado 30 de Piscis. Sin embargo, podemos decir que el punto vernal tiene su antecedente en la región precedente significada por Piscis.
Piscis representa el pasado inmediato al surgimiento de la vida consciente, así como el destino final cuando se ha adquirido la total experiencia y la plena conciencia.
Piscis refleja el arquetipo de la ausencia de egoísmo, de la no focalización en un sentido de sí mismo, en un yo. Esta condición podemos observarla tanto en aquellos que tienen un autoconcepto devaluatorio o bien en quienes se vuelcan hacia su prójimo para socorrerlos, pero en ambos casos se puede ver con claridad que no hay un sentido de identificación separativa con su entorno.

Las personas típicamente piscianas, son muy sensibles, al grado de que se mimetizan y se adaptan en función de las condiciones  y personas circundantes, llegando a renunciar a sus propias convicciones e intereses y a vivir una vida que en cierto sentido les es ajena.
No parecen tener vida propia y puede vérseles como débiles de carácter, dependientes, indecisos, sintiéndose incomprendidos, metidos en la confusión, o elaborando mundos fantasiosos a través la literatura, el cine, el teatro o de su vida misma, o con una actitud bondadosa y compasiva que los llega al sacrificio y a la autonegación para ponerse al servicio de los demás. Las desgracias y problemas ajenos les conmueven hasta las lágrimas y siempre se les ve dispuestos a consagrar sus recursos y ánimo, al bienestar de los demás.
Su elevada sensibilidad les permite acceder a conocimientos que no tienen un origen racional o derivado de un aprendizaje previo, del tipo que la moderna psicología califica como productos de la inteligencia emocional, aunque con alguna frecuencia no los expresa con una comprensible claridad, sino mediante signos crípticos o por lo menos dentro de un marco de simbología.
Algunos Piscis viven como si fuesen sonámbulos que nunca logran despertar, soñando en una vida nada parecida a la realidad objetiva y en consecuencia, viviendo con decepción, angustia y dolor, por lo que se procuran salidas por puertas de escape de este “valle de lágrimas”.
Su contacto con la realidad material es escaso, pues se centran en los contenidos emocionales. Esto los lleva a ver una “realidad modificada”, ya sea porque la aprecian bajo matices esplendorosos o por lo contrario, amenazantes y aterradores, al grado de que pueden estar a un paso del éxtasis o de una penosa huida a través de las enfermedades o de las adicciones.

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