Amigas

Amigas para siempre

David Hume: La verdad brota cuando se argumenta entre amigas

Son indispensables para crecer, para ver el mundo de otra manera, para madurar y aprender de nuestros errores. De pequeñas son ellas las que hacen de cada momento un rato inolvidable de alegría. Como adolescentes solemos escuchar más a nuestras amigas que a nuestra mamá, nos sirven para madurar. De grandes, nuestras amigas se vuelven nuestras cómplices pero también nuestras mejores consejeras. Son ellas las que sirven para mantener la propia identidad cuando vivimos en pareja. Y son ellas las que vienen a nuestro auxilio cuando intentamos mantener la cordura al criar a nuestros pequeños diablitos.

Solemos decir que una no escoge a su familia pero si escoge a sus amistades. Del mismo modo, las amigas nos han escogido a nosotras. Somos alguien para alguien. La amistad no sólo nos da buenos momentos o buenos consejos sino que, al haber sido elegidas como amigas, nos sentimos valiosas. Somos personas amadas. Y somos necesitadas por otras personas. Alguien nos busca y nos quiere por como somos o por lo que somos. Por una u otra razón, las amigas fortalecen nuestra autoestima. Son indispensables para nuestra autorrealización.

Mi hija suele referirse a una amiga como su alma gemela. Ambas piensan igual, dice. “Cuando estamos aburridas y pensamos en hacer algo, si ella propone qué hacer yo siempre estoy de acuerdo, es como si me leyera la mente, es súper divertido salir con ella”. La amistad, como toda relación humana tiene altibajos. “Estoy harta de ella, no la quiero volver a ver”. Como no va a ser así si son “almas gemelas”. Quieren lo mismo pero no siempre se puede repartir. Ahí está una lección de amistad. Ceder, compartir y tolerar son atributos que se aprenden con las amigas. Atributos que fortalecen la amistad. Existen varios tipos de amistad y existen varios momentos durante la amistad. Una misma persona se puede transformar de un pilar de fortaleza propia a una aspiradora de autoestima. En ocasiones podemos recuperar la bella amistad pero en otras más vale soltar el lastre y seguir adelante. Hay amigas para divertirse, otras para aprender, otras para avanzar profesionalmente, otras para crecer espiritualmente. Cultivar la buena amistad es un arte al que debemos estar atentas todos los días. Sin amigas, estaremos viviendo cada día en una fría caverna. Con amigas, la vida se convierte en la más grande de todas las aventuras.  
La telaraña de carlota Es un hermoso cuento escrito por E.B White sobre una niña, un cerdito y su amiga, la araña Carlota. “Has sido buen un amigo. Eso es algo maravilloso. Tejí mis telarañas por que me agradabas. Después de todo, ¿qué más hay en la vida? Nacemos, pasamos el rato, y morimos. La vida de una araña no es más que una maraña, con sus trampas y comiendo moscas. Al ayudarte, tal vez intentaba elevar mi vida aunque sea una pizca. El cielo sabe que la vida de cualquiera puede soportar un poco de ello.”
   

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