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Cuando un amigo se va



Cualquier persona que ha tenido un compañero y miembro de la familia, sabe del dolor que puede causar el perder a este amigo tan especial. Aquí te dejo unos tips para lidiar con esta pena, y con las decisiones que uno enfrenta tras perder a su amada mascota.

1.- ¿Está mal que me duela tanto?
El dolor por la pérdida de una mascota es normal y natural. No dejes que nadie te diga que es ridículo o demasiado sentimental. En los años que pasaste con tu amigo, por muchos o pocos que sean, se convirtió en una parte muy importante de tu vida. Era una fuente de confort y de compañía, de amor incondicional, de diversión y gozo. La gente que no entiende este vínculo entre una mascota y su dueño no entenderá tu dolor. Pero tú no debes, por ningún motivo, dejar que otros te digan cómo sentir.

2.- ¿Qué sentimientos tendré que enfrentar?
Las personas viven su duelo de diferentes maneras. Hay algunos a quienes les da el síndrome de “si hubiera tenido más cuidado”. Esto no tiene sentido, y no debes caer en el error de considerarte culpable por la enfermedad o el accidente que te quitó a tu amigo, pues esto solo empeora tu dolor. La negación, por otra parte, también hace más difícil que aceptes que tu mascota se fue, que ya no estará allí moviéndote la colita cuando llegues a casa. La ira, por otra parte, puede dirigirse hacia cualquiera que tú culpes por su muerte (el veterinario que no lo salvó, el tipo que lo atropelló, etc.), pero esto sólo es un distractor, el cual te impedirá resolver tu duelo y superarlo.

3.- ¿Qué puedo hacer al respecto?
Lo más importante es que seas honesta contigo misma. No niegues tus sentimientos, pues el aceptarlos y examinarlos es el primer paso para superar este momento tan difícil. Tienes todo el derecho de sentir dolor, ¡acabas de perder a un ser querido! Guardarte todo lo que sientes no hace que se vaya. Exprésalo. Llora. No evites pensar o hablar del tema, pues las memorias de esos buenos tiempos te ayudarán a entender lo que significó en tu vida ese ser tan especial.

4.- ¿Con quién puedo hablar?
Tu primera opción es tu familia y tus amigos que entiendan el amor que se le puede tener a una mascota. Si no tienes a nadie o quieres hablar con alguien más, puedes acudir con tu veterinario o con las organizaciones protectoras de animales. Ellos te pueden recomendar un especialista o grupo de apoyo.

5.- ¿Debo conseguir otra mascota?
Por lo general no es lo más recomendable. Es necesario tomarse el tiempo para vivir el duelo y superarlo, antes de crear una nueva relación con otra mascota. Si tus emociones siguen inestables, podrías caer en el resentimiento, pues la nueva mascota está intentando tomar el lugar de la que ya se fue. Esto sucede porque lo que en verdad quieres es a tu viejo amigo de regreso. Los niños en particular, toman esto como serle “desleal” a la mascota que ya no está.

Cuando sientas que estás lista para una nueva mascota, evita que se parezca a la anterior, porque es más probable que hagas comparaciones dolorosas. De igual forma, no debes esperar que la nueva sea igual a la que tenías, pues su personalidad debe ser única. No le pongas el mismo nombre o apodo. Recuerda que si adquieres una nueva mascota es porque estás lista para seguir adelante y construir un nuevo vínculo con otro ser vivo.

Escrito por: Moira Anderson

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