Nos abrazamos en el aeropuerto. Te extrañaré, Clara, pero espero verte pronto, le dije. Clara me dijo te quiero mucho y estas tres semanas fueron por demás inolvidables. Que regreses con bien querida Sara.
Y aquí estoy de nuevo, bebiendo café irlandés acompañado de nuestros cuernos rellenos de chocolate, lo cual en éste momento resulta un exceso, ya que traigo algunos kilos extras, pero ya habrá tiempo para la dieta y el ejercicio ¿no crees?
En verdad, Clara es una excelente guía de turistas. Vi cosas maravillosas, catedrales, iglesias, museos, esculturas, pinturas, paisajes. Bueno y nuestra escapada por el sur de España.
Y la comida, los vinos, me llevó a lugares típicos, nada de exuberantes restaurantes.
Cada vez que he tenido la oportunidad de ir a Europa es como salto cuántico en el tiempo, en la historia; Italia y España son países que me enamoran.
Tanto que contar pero ya lo iré haciendo de a poco y les mostraré el video de éste encantador viaje.
Pisando mi tierra, le puse un mensaje a Clara de feliz arribo, me contestó, “te extraño querida Sara”.
Sofía y Marina me esperaban en el aeropuerto, lo cual me dio mucho gusto; las abracé como si tuviera años de no verlas.
Encontré todo en orden y eso de lo debo a ti, espero que la colección de pastilleros se agrade. Cada vez que veía uno pensaba en ti y en lo que te gusta coleccionarlos.
Abracé a mis nietos y abrieron uno a uno sus recuerdos, me abrazaron y dijeron que ya me extrañaban y yo a ellos.
Cabe decir que la obra de Clara me dejó impresionada, es maravillosa.
Viajar es maravilloso, como maravilloso es estar de regreso.
Hogar dulce hogar.
Escrito por: Rebeca Harfuch
