Cambios

El fin del amor



Vivimos buscando el amor para toda la vida, quizás en un “arrebato romántico” provocado por las historias de los filmes o los libros. Pero lo cierto es que no todos los amores que experimentamos poseen la misma duración, depende de las características de cada amante y de las peculiaridades de las situaciones que se viven al interno de la pareja. Pero algunos psicólogos afirman después de seis meses o a los dos años de iniciada la relación, naturalmente vendrá el desamor. Esto no indica que las personas no se amen sino que pasan a otro estado de la vida en pareja. ¿Es en verdad el fin del amor?

Más allá del momento en que se produce el desenamoramiento, hay muchas personas que se preguntan cómo detectarlo. En este sentido podría afirmarse que cuando comienzan a aparecer conflictos, problemas sexuales o las manifestaciones amorosas comienzan a hacerse menos usuales, éste es un indicador de que “las cosas ya no andan bien”.

De hecho, reconocer cuando se termina el amor es un tema importantísimo en una relación de pareja, pero en muchas ocasiones nosotros mismos nos negamos a reconocer que hemos dejado de querer a la otra persona e incluso podemos negar las manifestaciones evidentes del desenamoramiento. El hecho de que no aceptemos normalmente la pérdida del amor puede deberse a razones que no hacemos conscientes; si bien en la mayoría de los casos el amor se extingue por causas que conocemos muy bien, que son racionales y que se encuentran perfectamente definidas (mi pareja no me comprende, odia lo que a mi me gusta, le encanta estar de fiesta en fiesta y eso lo detesto…). Y, como puede presuponerse, en los casos extremos, estas razones conllevan a la separación.

El fin del amor puede depender de una convivencia monótona y aburrida, de expectativas no confirmadas, de que el tiempo es insuficiente para compartir con el otro y brindarse placer mutuamente, de las ofensas de la pareja o de personas cercanas a la misma, de que se evidenció un flechazo amoroso hacia otra persona, la existencia del maltrato físico o psicológico, la desconfianza e infidelidad, las enfermedades biológicas o psicológicas, los caracteres inestables o la inmadurez de la personalidad. Cuando éstas razones se hacen permanentes en el tiempo, indiscutiblemente, conllevan a la pérdida del romanticismo y al rompimiento de los lazos amorosos que unen a la pareja.

Por supuesto, no siempre la ausencia de expresiones de cariño indica que falta el amor, pues en algunos casos, el estrés, la tristeza patológica, la existencia de alguna afectación emocional o la presencia de algún evento particular conducen a la omisión de los gestos de cariño sin que esto signifique necesariamente que está iniciando el proceso de desenamoramiento.

Vale aclarar que el desenamoramiento puede presentarse por estados; o sea, estados de amor y períodos de desamor. En estos casos la pareja es amada y desairada al mismo tiempo provocando un desenamoramiento incompleto en el que la otra persona es rechazada por una razón generalmente consciente; sin embargo, se mantiene una pasión fuerte, escasamente consciente, que impide dejar de querer a la pareja.

En fin, el desenamoramiento es un proceso que no siempre transcurre de manera lineal pero es importante conocer sus síntomas a tiempo en aras de revertir el proceso o no hacerlo más doloroso para ambos miembros de la pareja.

Escrito por: Jennifer

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