Bienestar

La importancia de las raíces



Tú eres como un árbol. Un frondoso árbol que se abre a la vida. Las raíces son tus padres. De alguna forma eres tu madre, eres tu padre. Construyes tu tronco, tu estructura, tu eje con el intercambio de experiencias con el mundo.

Floreces cada día a un nuevo contacto con el entorno y contigo mismo. Y ese vínculo genera en ti la savia para seguir creciendo. A veces reniegas de la base. Protestas, te enfadas, te entristeces. En ocasiones no comprendes porque tus padres actuaron de esa u otra forma, incluso no entiendes porque no actuaron. Demasiado permisivos. Demasiado rigurosos. Quizás nunca estés a gusto. Pero es inevitable ellos son tus cimientos. Ellos te dieron el don de la vida. ¿Y tú que haces con ese tesoro?

Nuestros padres son la génesis de nuestro universo, por eso aprender a crear empatía con ellos es fundamental para que lleves a puerto feliz tu vida. Lo que hayan hecho o no, aun cuando haya sido doloroso, es lo mejor que pudieron hacer en su momento. Si pudieran haber hecho algo mejor, ¿crees que no lo hubieran logrado? Desde afuera y en la distancia los juzgamos porque no hemos estado en sus zapatos; pero ahora que eres adulto, acaso ¿No te equivocas? ¿Cuántas veces quieres dar más de ti y alcanzas desilusionando a otros? Tu madre también fue joven, tu padre también tuvo sueños; y hoy comprendes que recurrentemente sales a comerte al mundo, y el de un gruñido te espanta.

Lo mejor que puedes hacer para recuperar tu poder personal es aceptar quién eres sin renegar de tus orígenes. En ellos está la fuerza de todo. Puedes ser como ellos, diametralmente opuestos, o inventar una nueva corriente. Amar es aceptar. Aceptar a los seres que marcaron esa diferencia en tu vida, a los que crearon la posibilidad de que hoy me estés leyendo, es de radical importancia para sanar heridas emocionales de la infancia, y convertirte en un adulto sano y abundante.

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