Dejar ir

Corazón roto



Te han herido profundamente y sientes que tienes el corazón roto.
Probablemente, intentaste evitar que esto suceda, hasta que te quedaste con muy pocas fuerzas y te viste en la obligación de abrir tu mente y tu alma a la realidad que se hizo presente.

Que sea la primera vez que te sucede o que ya te haya pasado anteriormente no significa que haya algo que está mal en ti. Es probable que una buena autocrítica te ayude a entenderte y a volver a confiar plenamente en ti mismo, pero no intentes tener una explicación lógica de todo lo sucedido, porque a veces los demás no funcionan así. Lo que pasó ya sucedió, y cuanto antes dejes partir ese pasado y te centres en tu presente, más cerca estarás de tu futuro próspero.

Principalmente, olvida las revanchas, las peleas o cualquier otro hecho que te haga sentir mal. Si necesitas expresar tus pensamientos ante quien provocó esto, hazlo (en persona o por escrito) desde una posición no agresiva, para que tu reacción sea sana y para cuidarte a ti mismo.

Quien pasa por esta situación tiene la tendencia a pensar en términos absolutos: “todos los hombres son infieles”, “todas las mujeres son celosas”, “la felicidad me es esquiva”, “no nací para estar en pareja”, “nunca volveré a enamorarme”, etc. Deja pasar estas ideas, dándote cuenta de que son generalizaciones y por consiguiente, exageraciones. De a poco podrás volver a encontrar tu centro de equilibrio –lo tienes, allí está, latente, esperando que te conectes nuevamente con él, en la medida que puedas.

En ciertos momentos, imaginas que así van a quedar las cosas y tu realidad permanentemente. Déjame recordarte que la vida es dinámica, no estática, así que lo que hoy ocupa tus pensamientos y tus emociones, a su debido momento dará paso a otra etapa de tu vida, que será provechosa, plena y feliz. Sí, tú también tienes derecho a la felicidad, aunque algunos días como hoy aún parezca lejana.

Los corazones rotos sanan con el paso del tiempo y con el apoyo de seres queridos (se le puede sumar ayuda profesional temporal, en caso necesario). Esto lo digo no solo por experiencia propia y porque lo he visto en la gente que me rodea, sino también porque lo dicta el sentido común. Entiendo que ahora quizá no puedas visualizar la paz, la tranquilidad y la estabilidad que llegarán a tu vida. Pero que vendrán para quedarse es una realidad.

¿Has tenido alguna vez el corazón roto? ¿Cómo lo superaste?

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