Todos hemos estado inmersos en esa ambivalencia que parece interminable y que es consecuencia de una relación que no funcionó. Nos hallamos tristes y cabizbajas y parece que nada nos hará estar bien. Pensamos que no nos recuperaremos tan rápido y entonces nos dolemos con cada canción, con cada lacerante recuerdo y hasta nos auto flagelamos, pasamos por “aquellos lugares en los que estuvimos con esa persona” y pensamos “hoy, hace dos meses fuimos a…”.
¡Ba! es desgastante y el cansancio que provoca el recordar lo que ya no tienes es inútil porque no te lleva a nada. Lo cierto es que ya se fue; o la corriste, o te la volaron o se fue solita pero esa persona ya no está. Y tú sí. Estás viva y mereces seguir adelante, preparándote para otra aventura y para recibir más sorpresas. Sin embargo, es muy difícil darte cuenta de eso, razón por la cual les comparto 4 maravillosos puntos que ayudan a dejar de perder el tiempo para poder ocuparlo en algo más productivo.
1.- NO HAY CULPAS: Cuando terminamos una relación somos muy asiduos a recurrir al clásico “Fue su culpa” o “Yo tuve toda la culpa”. Ninguna de las dos, la pareja es un cien dividido en dos cincuentas, cada quien se va con su parte tanto buena como mala. Acepta tus errores, seguro los tuviste, deja de preocuparte por el otro, recuerda que ya no está. Aférrate a tus aciertos y púlelos, pronto necesitarás sacarlos con una nueva persona.
2.- ¡HASTA QUE SANGRE! Muchas personas nos dicen que no lloremos, que olvidemos y que sigamos. Como si fuéramos máquinas que se programan o desprograman con el paso de las circunstancias. No funciona así. Más bien, sáquenlo, ráspenle a la herida ¡hasta que sangre! Porque solo así sanarán de verdad, el tiempo se encargará de lavarla y de que haga costra y esa costra pronto se caerá y será cicatriz y esa cicatriz con cuidados y pomadas desaparecerá.
3.- EL VALOR DEL TIEMPO: El tiempo -ya lo he escrito- es milagroso, curativo y acomoda de forma misteriosa las cosas en su justo lugar. Ante una separación, debemos ser capaces de administrarlo a nuestro favor y de valorar su paso. Llegará ese día en el que pienses en esa persona y no te duela, llegará el momento en el que olvides, dejes ir, sanes y seas indiferente ante los recuerdos. Simplemente tomarás lo bueno, dejarás ir lo malo y levitarás, date tiempo.
4.- UN PROYECTO PERSONAL: Nuestra cabeza divaga, no está mal, pero ante un rompimiento amoroso es mejor que vague por el camino correcto y cuando los sentimientos se inmiscuyen el camino correcto se percibe borroso. Por ello, es bueno plantearnos un proyecto personal: Pintar la casa, correr por las tardes o por las noches, terminar de leer algún libro, escribir, comprar un auto, ahorrar, cambiar el guardarropa, limpiar el clóset . Escojan el que quieran. Eso los mantendrá con pensamiento positivo y con la energía en un lugar correcto.
Si dentro de tu ruptura estás pensando que “Siempre te pasa lo mismo”, busca otra clase de personas, nuevas relaciones, porque si siempre te pasa lo mismo es porque decides estar con la misma clase de persona. Eres tú la que elije, muévete en un círculo distinto y empieza a cambiar tu forma de pensar respecto a todo lo que rechazas. Al menos considéralo.
El estado de ánimo gris de repente no combina con los colores del día; se vale estar mal, triste, pensativa, pero los estados de ánimo son eso, estados, que cambian y el suyo les juro va a cambiar ¡depende de ustedes! El día es como cada quien desea que sea; hay días buenos o malos. Ambos forman parte de la vida, ésa en su conjunto es maravillosa con el azúcar y la sal que nos brinda, y sin la mezcla de sabores –la vida- no se cataría tan deliciosamente. ¡A catar!
Escrito por: Evangelina Jiménez Olvera.