Estar en una relación es un trabajo constante, sobre todo con el paso del tiempo. Mientras que los primeros meses vamos guiados por la inercia del enamoramiento; una vez que se disipa el ensueño y comenzamos a ver a la persona más que a la idea de la persona, comienza el trabajo. Pero esto no significa que la relación pierda su magia, sin importar en que momento de la relación están, si llevan poco o mucho tiempo, he aquí algunos consejos para mejorar la relación de pareja.
Cambien la rutina. Es fácil dejarse llevar por la monotonía, establecer una rutina y hacer siempre lo mismo porque resulta cómodo. Sin embargo, esta es una de las cosas que más pueden dañar una relación, pues corremos el riesgo de que se torne aburrida. Las rutinas ayudan, pero es necesario tener cierta flexibilidad y vale la pena ser espontáneos de vez en cuando.
Concéntrense en las cosas buenas. A menudo resulta más fácil encontrar los defectos que las virtudes, pero debemos ser conscientes de que todos cometemos errores y debemos aprender. Es importante aceptar cuando nos equivocamos y disculparnos, pero no debemos clavarnos en las fallas ni recriminar por lo que ya pasó –si hemos perdonado, ¿por qué sacar de nuevo el tema?–. Por supuesto, será necesario hablar honestamente cuando las cosas no estén bien, pero también es importante prestarle atención a las cosas buenas: hacerle saber al otro que lo valoramos y apreciamos, que no vemos sólo lo malo.
Dense espacio. Sin importar el tipo de relación, estar bien con nosotros mismos es punto de partida para estar bien con los demás; y esto también aplica en la pareja. Es necesario darnos nuestro espacio, conocernos mejor y dedicar tiempo a nuestros propios intereses. Tener una vida propia es fundamental. No podemos dejar que nuestra relación consuma nuestra identidad. Esto no sólo nos hará sentir mejor sino que enriquecerá la relación y nos ayudará a ser más felices.
Mejoren la comunicación. Ésta es quizá el pilar de toda relación. Hablar sobre lo que pensamos y sentimos, sobre nuestros intereses y sobre lo que nos molesta; compartir un diálogo. Pero sobre todo, debemos aprender a escuchar, callar y tratar de entender lo que el otro nos dice; entendernos desde la empatía. La comunicación refuerza lazos y gracias a la retroalimentación, nos permite mejorar día a día.
Escrito por: Elena Pedrozo
