Los hábitos que aprendemos en la infancia nos marcarán por el resto de nuestra vida. Por supuesto es posible cambiar con el tiempo, pero implica desaprender aquello que se quedó en nuestro cerebro desde niños, lo que lo hace más difícil. Es por eso que es importante inculcar en nuestros hijos hábitos saludables que les ayuden a tener un mejor futuro. Si los niños aprenden a alimentarse sanamente desde pequeños, podrán evitarse muchas enfermedades.
Sin embargo, no resulta sencillo hacer que los niños coman verduras y alejarlos de la comida chatarra. Hacer que pruebe nuevos sabores y texturas puede ser un verdadero dolor de cabeza para los padres. Debemos inculcar hábitos saludables y para ello, he aquí algunos consejos.
- Involucra a tus niños en la preparación de los alimentos, eso le hará querer probar lo que prepararon juntos.
- Predica con el ejemplo. Los niños aprenden más de lo que ven; si se dan cuenta de que tú te alimentas sanamente, ellos aprenderán a hacerlo también.
- Haz un plato colorido, con muchos vegetales de colores vistosos. Esto ayudará a hacer el platillo más apetecible.
- Ofréceles variedad. A veces es fácil quedarse con dos o tres platillos que repetimos constantemente debido a la falta de tiempo, pero si no los enseñamos a probar nuevas cosas no se acostumbraran a tener una comida variada.
- Es necesario ser paciente. De acuerdo a algunos especialistas en nutrición, a veces es necesario que el niño pruebe un alimento 10 veces antes de que su paladar se acostumbre al nuevo sabor. Aunque lo rechace las primeras veces, sé paciente.
- No lo obligues a comer si no tiene hambre; es necesario que el niño aprenda a escuchar a su cuerpo y regular su apetito. Si lo obligas, no sólo aprenderá a comer de más, sino que relacionará la comida con tensión.
- No prohíbas alimentos; negar algo sólo aumenta el deseo de tenerlo. Más que evitar que consuma ciertos alimentos, se trata de hacer que acepte los que son más sanos y claro, tener cuidado con las porciones de aquellos que no le hacen tanto bien.
- Cuando salgan a comer, oriéntalo a elegir opciones más sanas y balanceadas (o las menos dañinas).
- Los niños aprenden a través del juego, por lo que encontrar juegos que les ayuden a entender qué les conviene comer, puede ayudar: preguntarle qué se puede hacer con cada alimento, para que sirve, hagan una competencia para estar seguros de comer las 5 porciones de fruta y verdura al día o inventen cuentos para enseñarle los grupos alimenticios; las opciones son diversas, encuentra la que mejor se ajuste a ustedes.
- Ten a la mano botanas saludables como fruta, zanahorias, apio, jícama o pepino. Acostúmbralo a que encuentre el gusto en ellas.
- Acostúmbralos a beber agua. Prefiere las frutas a los jugos, ya que la fibra que contienen se pierde en los jugos y no resulta la opción más sana. Evita los refrescos y si acaso, déjalos solo para ocasiones especiales. Ayúdalos a que el agua sea su primera elección para beber.
- Nunca los dejes salir de casa si haber desayunado.
- Anímalos a participar en actividades físicas. Eso le ayudará a quemar calorías, fortalecer su autoestima y estimular su capacidad de socializar.
- La comida debe ser un momento familiar. Desayuno, comida o cena; hacerlo en familia hará que asocien la alimentación con ese lazo familiar. Conversen, aléjense de la tele y dense la oportunidad de fortalecer su lazo familiar. Puedes beneficiar la comunicación con tu familia y su salud de una sola vez.
Escrito por: Elena Pedrozo