El centro del hogar se encuentra en la cocina. Gran parte de la convivencia familiar ocurre en ella y es el lugar desde el que un arduo trabajo, casi alquímico, convierte los ingredientes en obras culinarias. La comida, además de nutrirnos, es un lazo poderoso que habla de amor y cuidado. Pero entrar a la cocina no se trata solo de los alimentos; no cualquiera entra a la cocina de una casa que recién conoce, se requiere de una cierta confianza. La cocina es también un espacio de diálogo que involucra privacidad.
Nada habla de hogar como la cocina. Quizá tenga algo que ver con alguna relación inconsciente entre el fuego y el calor de hogar. Los tiempos prehistóricos en que la comunidad se reunía en torno a la fogata; cocinaban, comían y conversaban. Ese fuego unificador se encuentra ahora en la cocina.
Una cocina no se trata solo del mobiliario: la estufa, el microondas, el refrigerador o el lavaplatos; se requiere además una buena ventilación, suficiente movilidad y una organización en que todo esté a la mano. Así mismo, debe ser un lugar armónico para la convivencia, en ocasiones con un espacio para que los niños hagan la tarea mientras mamá cocina.
Cuando decidimos renovar o construir nuestra cocina, debemos tomar en cuenta que sea funcional, práctica y cómoda. Debemos considerar un espacio suficiente, pues no sólo las amas de casa pasan gran parte de su tiempo en la cocina, sino toda la familia.
Uno de los aspectos a tomar en cuenta es el llamado “triángulo de trabajo”, que está formado por la estufa, el refrigerador y el lavaplatos. Dado que en esta zona se lleva a cabo la mayor parte del trabajo de la cocina, es necesario que exista una circulación adecuada. Debemos elegir los electrodomésticos adecuados, facilitar el acceso a lo que necesitemos, así como considerar un área de trabajo cómoda para quien esté en la cocina.
Además de la funcionalidad, debemos darle nuestro toque a la cocina. Son los pequeños detalles lo que le darán ese calor de hogar y la harán completamente nuestra. La luz, los colores, quizá un reloj o los imanes en el refrigerador para colocar algún recado o nota. La cocina es uno de los espacios que más utilizamos en la casa y darle tu sello personal la hará más acogedora, te inspirará a cocinar con cariño y puede fomentar la convivencia familiar.
Escrito por: Elena Pedrozo