A veces se nos olvida que nuestros hijos no son una extensión de nosotros, que tienen una vida y una visión del mundo propias –si bien aún está en formación–. Impulsar a nuestros hijos a encontrar su camino es necesario para que se desarrollen como adultos sanos, maduros y felices.
La adolescencia es una etapa crítica en el desarrollo de cualquier persona, es aquí donde comenzamos a entender la identidad propia y se forma gran parte de la personalidad. Los jóvenes buscan distanciarse de los padres y encontrar un grupo de personas similares a él, al cual pertenecer.
Puede ser una etapa compleja, llena de dudas e inseguridades, pero al mismo tiempo la necesidad de rebelarse ante aquello que conoce y explorar. Los adolescentes están llenos de temores y la duda constante es saber quiénes son ellos y cuál es su lugar en el mundo.
Es importante que el adolescente se sienta apoyado; incluso si mantiene cierta distancia y no lo manifiesta abiertamente, saber que cuenta con el amor y el impulso de sus padres, le dará una mayor seguridad para ser capaz de buscar su propio camino.
No es raro querer vivir a través de nuestros hijos, llevarlos a clases de música porque es lo que nosotros siempre quisimos o querer heredarles un negocio familiar. Pero nuestras expectativas no deben ser un peso para los hijos y es importante que ellos sepan que pueden elegir.
Es necesario establecer las vías de comunicación antes de que los niños lleguen a la adolescencia, fomentar su toma de decisiones, pero sobre todo, hacerles saber que los amaremos más allá de que sus decisiones coincidan o no con lo que nosotros deseamos para ellos.
Escrito por: Elena Pedrozo