Bienestar

El problema de la Fumada

1fumadora

 

Escrito por Regina Kuri

Fumo desde que tengo doce o trece años, ya ni me acuerdo. Quizá por un periodo muy corto de tiempo me fumaba uno o dos cigarros al día a lo mucho, pero desde que yo recuerdo desde el principio me enganché con el cigarro como las grandes.

En mi adolescencia no me representaba problemas, salvo que mis papás se enteraran, o pudieran expulsarme del colegio por andar fumando por los rincones, la verdad, nunca me cacharon así que no pasó a mayores; sin embargo debido a que no sentía que tuviera consecuencias, me permitía seguir haciéndolo sin ninguna conciencia del daño.

Ya en mis veintes, comencé a notar que el cigarro me estaba modificando el tono de voz, un día en la mañana lavándome la boca noté cierta mancha en la parte posterior de los dientes de abajo. El olor del humo comenzó a parecerme desagradable, ya ni se diga el olor del pelo o la ropa. Pero mientras más tiempo pasaba, más se iba afianzando mi adicción al tabaco. En ese entonces, aún no sabía cómo opera la adicción en el cuerpo humano, sólo había veces que fumaba mucho y muy compulsivamente, y había días en los que podía fumar sólo un cigarro, o ninguno sin hacer esfuerzo por aguantarme.

Hoy ya sé cómo funciona la adicción en el cuerpo y la mente, trataré de explicarlo no desde la perspectiva médica, sino de forma vivencial. Sé que hay muchas personas que como yo, fuman y todos los días se recriminan por hacerlo. Otros serán los más felices fumando y no les represente ningún problema, lo que sí es una realidad es que eventualmente el cuerpo dará de sí y el cigarro empezará a cobrar factura, tanto personal como en los que nos rodean.

El asunto es el siguiente, ya que una persona está enganchada con cualquier sustancia, ésta ya no recurre al consumo por tener problemas, sino porque es adicta. Es decir, se acabaron los pretextos de “fumo porque mi novio me dejó”, o “tengo mucha presión en el trabajo” etcétera…Estas situaciones son disparadores sin duda, pero no son la causa de nuestro consumo. La causa es la dependencia a la sustancia independientemente de las situaciones en las que nos encontremos.

Quizá el inicio del consumo sea por curiosidad, o porque de alguna manera pensamos que la sustancia nos aliviará el malestar emocional que sentimos. Pero una vez adicto, la persona consume independientemente de su estado de ánimo o situación personal.

La adicción al tabaco o a cualquier sustancia que altere el organismo se compone de dos partes, la física y la mental. La física se conoce como una alergia, una vez cruzada la línea de la adicción, cuando se inicia o reinicia el consumo (aún cuando la persona haya dejado de consumir por varios años) se crea una reacción anormal en el cuerpo y hace que el individuo no se pueda detener ante el consumo, es decir se genera una compulsión. La parte mental se conoce como una obsesión, una idea que desplaza a todas las demás que consiste en pensar que uno sí puede controlar el consumo a pesar de las consecuencias que se ha tenido.

Así las cosas, métodos para dejar de fumar hay muchos, libros, terapias, laser, programa de doce pasos, medicamentos, en fin, todos funcionan si uno los hace funcionar. Ese es el tema, que uno quiera. Twitter @reginakuri

 

Escrito por Regina Kuri

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*