El síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL), o muerte repentina e inesperada del bebé menor de 1 año generalmente mientras duerme, es todavía en nuestros días un fenómeno del que no se conocen exactamente las causas, pero sí muchos de los factores de riesgo que favorecen que ocurra.
En países desarrollados este síndrome es la primera causa de muerte en el primer año de vida del bebé (especialmente entre los 2 y 3 meses de edad), suponiendo un 40-50% de dicha mortalidad. En nuestro país, se calcula que 2 de cada 1.000 bebés mueren por SMSL.
Medidas preventivas
Dada la gravedad del SMSL, son muchos los esfuerzos que se han realizado en todo el mundo para identificar los factores de riesgo, lo que es fundamental para poder prevenirlo. Parece ser que la postura “decúbito prono” (boca abajo), el calor ambiental y el excesivo arropamiento, el hábito tabáquico de la madre antes y después de parto son factores que favorecen el SMSL.
También parece influir el que el niño comparta cama con sus padres, el uso de colchones blandos y la ausencia de lactancia materna. El cambio de postura al dormir a “decúbito supino” (boca arriba) y evitar estos factores de riesgo han contribuido en gran medida al descenso de la mortalidad por esta causa. Las campañas de prevención realizadas en todo el mundo en los últimos años –en nuestro país la célebre “Ponle a dormir boca arriba”-, han ayudado enormemente a difundir estos consejos.
El chupón como protector frente al SMSL
El avance en la investigación sobre la prevención del SMSL ha permitido identificar otras medidas con un claro efecto protector frente al riesgo de SMSL. Una de las más recientes es la del uso del chupete.
El papel protector del chupón frente al SMSL está avalado por diversos estudios científicos realizados desde 1993. En estos estudios se ha visto que, siendo el resto de medidas preventivas iguales, el uso del chupete puede reducir hasta la mitad el riesgo de morir por SMSL
Una revisión de los estudios realizados entre 1993 y 2003 ha vuelto a evidenciar la fuerte relación entre el uso del chupón y la reducción del riesgo de muerte por SMSL. En esta revisión, además, se ha visto que el chupete protege cuando se usa para dormir (y más por la noche que durante la siesta), y no porque se usa habitualmente. También se ha visto que el efecto protector del chupón parece ser directo, es decir, cuando el bebé lo tiene en la boca, y no a través de hábitos adquiridos por su uso.
No se conocen los mecanismos mediante los cuáles el chupón ejerce su efecto protector, pero se cree que puede ser debido a que contribuye a mantener las vías respiratorias abiertas y a que evita que el bebé se ponga boca abajo, entre otras.
Recomendaciones de expertos
El uso del chupón cuando el niño va a dormir es hoy en día una medida oficialmente aceptada por diversas sociedades científicas. La American Academic of Pediatrics (AAP) fue la primera en recomendarlo en lactantes menores de 1 año a la hora de dormir. La Sociedad Española de Pediatría lo incluye entre sus recomendaciones para prevenir el SMSL.
Elegir bien el chupón es muy importante; si además se usa correctamente y durante un periodo de tiempo determinado (hasta 3 años), el uso del chupón no ha de tener efectos sobre el desarrollo del bebé.
El chupete sólo debe darse cuando la lactancia materna está bien establecida y sólo cuando el bebé lo necesita. Se puede dar el chupón siempre cuando el bebé duerme sea de noche o de día durante el primer año. Una medida tan sencilla como ésta puede ser de gran ayuda en la prevención del SMSL.
MAM, empresa especializada en artículos de bebé y líder de mercado en el sector de chupones en los EE.UU. y en muchos países europeos, contribuye desde hace más de 20 años a la sensibilización y educación sobre el SMSL y su prevención en todo el mundo.
Cada niño es único, y es por eso que los chupones MAM son suaves y se adaptan a la boca del bebé, incluida la forma de su mandíbula y a sus dientes, incluso durante su crecimiento.