Escrito por Teresa Romanillos
Varios trabajos realizados hace tiempo ya relacionaban la inflamación del organismo con la obstrucción de las arterias y, en consecuencia, con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores del University College London, publicado en el "British Medical Journal", es el primero que demuestra que la higiene bucal está directamente relacionada con el riesgo de padecer enfermedades del corazón. El equipo de Richard Watt analizó los resultados de una encuesta de salud realizada en Escocia.
En ella participaron 11.000 adultos a quienes se les requerió información relacionada con el estilo de vida, el nivel de actividad física y algunos factores de riesgo como el consumo de tabaco. Además, también se les preguntó sobre la frecuencia con que se lavaban los dientes (dos veces, una vez o menos de una vez al día) y cada cuánto tiempo acudían al dentista (cada seis meses, cada año, cada dos años, en alguna ocasión o nunca). Por otro lado, los investigadores estudiaron el historial médico de los encuestados, junto con la historia familiar de enfermedades cardiovasculares y los valores de la presión arterial.
Analizaron muestras de sangre cedidas por encuestados voluntarios y, en los análisis, se cuantificó la concentración de la proteína C-reactiva y fibrinógeno, dos marcadores utilizados para medir el grado de inflamación del organismo y el índice de coagulación. Además, los autores ajustaron los resultados de la encuesta según edad, sexo, grado de obesidad o de tabaquismo, clase social y los antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, y compararon el grado de inflamación con los hábitos de higiene bucal.
Los resultados mostraron que el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aumentaba en un 70% en las personas que se cepillaban menos de dos veces por día los dientes. Sin embargo, el índice de riesgo global resultó ser bajo, ya que un 71% de los encuestados se cepillaba los dientes dos veces al día y un 62% acudía al dentista cada seis meses. Por este motivo, se concluye que una higiene bucal pobre está relacionada con un mayor riesgo de padecer un grado de inflamación del organismo más elevado y, a su vez, un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, pero queda por determinar cuál es el factor que relaciona estas variables.
Escrito por Teresa Romanillos