Escrito por: Claudia Pedrozo
¿Has visto una película de terror recientemente? ¿Has notado que en todas ellas suele haber calles oscuras y grises? Suelen ser casas abandonadas, lugares descuidados, entornos solitarios. El ambiente ya te da la idea de que algo malo está a punto de pasar… en cualquier momento.
Vas caminando por una calle, te encuentras una casa abandonada, con las ventanas quebradas, el piso lleno de basura y hojas secas caídas de los árboles… de pronto imaginas que demonios, fantasmas o un loco desquiciado saldrá en cualquier momento para atacarte… ¿te ha pasado? No es casualidad si esas imágenes vienen a tu mente, existe una explicación.
Según la teoría de las ventanas rotas, desarrollada por George Kelling y Catherine Coles, cuando una ventana se rompe en un edificio, poco después se romperán otras y llegará la decadencia. Un ambiente descuidado y abandonado, atraerá la inseguridad y la violencia. Por eso no es de extrañar que al acercarnos a un lugar que luce abandonado, queramos alejarnos lo más pronto posible de ahí.
Las películas reflejan aspectos de la realidad, se necesita ese ambiente oscuro para transmitir el miedo (que en este tipo de películas es el objetivo). Lo que es bello atrae, lo que no, no aleja, nos repugna o nos da miedo. Lo bello no sólo nos hace sentir más seguros, sino que nos ayuda a sentirnos mejor.
Escrito por: Claudia Pedrozo