Cuando hablamos de grasas, es inevitable pensar en la obesidad, el colesterol y otros problemas de salud, pero no todas las grasas son iguales. Mientras que un consumo alto de las saturadas puede originar sobrepeso y aumentar los niveles de colesterol “malo”, otras como las del pescado azul o el aceite de oliva causan el efecto contrario (disminuyen el colesterol malo y elevan el bueno).
Las grasas no suelen tener muy buena fama. Sin embargo si sabes elegir y no te excedes te servirán para cuidar tu salud y silueta. Sigue nuestros consejos y te mantendrás mas sana y hasta perderás peso
- Evita las grasas que no se ven. Aproximadamente un 70% del consumo habitual de grasas, proviene de las conocidas como “ocultas”, presentes en galletas, pasteles, aperitivos salados o salsas.
- Elige las carnes más ligeras. Las más aconsejables son las de conejo y las de ave (sin piel), ya que son pobres en grasa. Olvídate de los embutidos, incluye en tu alimentación solo los ibéricos o los bajos en grasa. Recuerda que influye mucho la forma de preparación, los fritos o empanados se deben sustituir por cocciones más ligeras como la plancha, el horno, el vapor o el papillote.
- Los lácteos como la mantequilla, el queso, la leche y la nata son otras de las mayores fuentes de grasa en las dietas actuales. Por eso siempre que puedas debes elegir lácteos desnatados. En aquellas recetas que incluyan entre sus ingredientes crema de leche o leche entera puedes sustituirlas por leche desnatada, leche evaporada o suero de leche.
- Toma frutos secos (sin tostar ni salar).Aunque son muy calóricos, solo un pequeño puñados te saciará y aportará una gran cantidad de grasas buenas, que contribuyen a bajar el colesterol malo y aumentar el bueno.
- Consumir pescado azul al menos dos veces por semana, aporta muchos nutrientes necesarios para el organismo, es poco calórico y las mínimas grasas que contiene son cardiosaludables, ya que ayudan a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
Fuente: Revista Saludable Mayo 2008