Por: Paniagua
Nuestro cabello está vivo, sufre, se cae, por ello hay que prestarle toda la atención que precisa. Un cabello sano y fuerte es síntoma de que gozamos de una buena salud.
El cuidado del cabello comienza en nuestros hábitos alimenticios, si nuestra alimentación es completa, rica en vitaminas y hierro, nuestro pelo nos lo agradecerá.
Continúa por una correcta forma de lavado. Esta operación debe consistir en suaves e intensos masajes en los que los poros de nuestra cabeza y el inicio del cabello queden totalmente limpios; el tipo de agua con la que se lave el pelo también influirá en su color y brillo, siendo las aguas costeras más duras y dañinas; los productos que se apliquen para dar forma o volumen al cabello deben de ser de calidad y específicos para nuestro tipo de cabello.
Protégelo ante un exceso de sol y así evitarás que se queme. Es importante que el cuero cabelludo transpire correctamente, no abuses del aire caliente de los secadores ni de las planchas.
Las puntas son la parte del cabello que más expuesta se encuentra, ya que son aquellas que más tiempo pasan formando parte de la melena, por lo que hay que prestarlas una especial atención para que no se quemen ni se abran.
Uno de los métodos más efectivos es aplicar en ellas una cera especial para puntas. Este producto se suele comercializar en pequeños frascos y su aplicación es muy sencilla y efectiva, basta una pequeña cantidad de cera para que las puntas recuperen su vigor y se encuentren perfectamente protegidas.
Si el producto lo hemos comprado sólido, con ayuda de la secadora podremos convertirlo en crema. Depositamos en la palma de la mano una pequeña cantidad y la extendemos con ambas manos por las puntas de los mechones del cabello, después peinamos el cabello como más nos guste. Esta aplicación conviene darla cada uno o dos meses, dependiendo de cuando hayamos visitado la estética a despunte.