Yo acostumbro hacerme luces en el cabello pero como mi trabajo era inestable en una ciudad, no había tenido tiempo para ir a la estética y retocarme la raíz. Se me hizo fácil comprar un tinte para obscurecer un poco las luces ya que se me estaban haciendo muy claras.
Al llegar al hotel siendo las tres de la tarde me dormí, tenía que volver a volar de noche a otra ciudad y regresaría de mañana al día siguiente. Al despertarme siendo ya las 8 de la noche pedí cena al cuarto y mientras me aplicaba el tinte. Después de aplicarme el tinte y cenar, me metí a bañar para enjuagarme el cabello.
Al salir me doy cuenta que tengo el cabello casi de color zanahoria ¿y ahora qué hago? Son casi las 10 de la noche y dónde voy a conseguir un tinte, si le marco a una compañera se va enterar de mi torpeza. ¿qué voy hacer? Muy nerviosa llamo a Room Service para preguntar por una farmacia o un super donde pudieran ir por un tinte pues yo no quería ni salir del cuarto y obvio ni avisarle a nadie de la tripulación.
Finalmente fue una noche tormentosa porque ni agarrado el cabello y con mucho gel se evitaba ver el tono tan horrible que tenía. Tuve que salirme a buscar y con mucho miedo preguntar en donde podía comprar un tinte. Al hacer esa pregunta y verme el cabello la gente no podía evitar sonreír. No era hora de estar buscando un tinte y menos cuando no hablas el mismo idioma fue horrible, horrible, horrible...
Escrito por: Vero Vargas
Participante Trivia SuperMujer/ Pert Julio 2009