Las personas entran en tu vida, por una razón, por una estación o por una vida entera. Cuando percibas cual es el motivo, vas a saber qué hacer con cada persona.
Cuando alguien está en tu vida por una razón es, generalmente, para llenar una necesidad que has demostrado tener. Ellas vienen a ayudarte con una dificultad, proporcionarte apoyo y orientación, ayuda física, emocional o espiritual. Podrán parecer un regalo de Dios, ¡y lo son!
Están ahí por la razón que tú necesitas que estén ahí. Entonces, sin ninguna actitud errónea de tu parte o en una hora incierta, esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin.
Algunas veces, esas personas mueren. Algunas veces, simplemente se van. Algunas veces, actúan y te fuerzan a tomar una posición. Lo que debemos entender es que nuestras necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos y el trabajo de ellas hecho. Tus oraciones han sido atendidas. Y ahora, es tiempo de marcharse.
Cuando las personas entran en nuestras vidas por una estación es porque llegó su vez de repartir, crecer y aprender. Ellas te traen la experiencia de la paz, o te hacen reír. Ellas te podrán enseñar algo que nunca has hecho. Ellas, generalmente, dan una cantidad enorme de placer. ¡Cree! ¡Es real! Pero solamente por una estación.
Relaciones de una vida entera, enseñan lecciones para la vida entera. Cosas que debes construir para tener una formación emocional sólida. Tu tarea es aceptar la lección, amar a la persona y poner en práctica lo que has aprendido en todas tus otras relaciones y áreas de tu vida.
Reciban todo mi cariño
Escrito por: Lourdes Ramírez Álvarez