Mi hijo era un chico bien portado, tranquilo y precavido. Cuando el director de la escuela a la que asiste me llamó, y me dijo que estaba a punto de ser expulsado por mal comportamiento, no lo podía creer.
Casos como este no son raros. Los adolescentes suelen poner una fachada de hijos buenos, estudiosos y responsables en presencia de los padres. Sin embargo, el ambiente escolar está lleno de situaciones que difieren mucho de lo que hacen en casa.
Un estudio hecho en la Universidad de Temple explica que la causa de esto se encuentra en el cerebro. La actividad cerebral de los adolescentes es distinta a la de jóvenes de mayor edad o adultos. Por medio de resonancias magnéticas, se pudo concluir que los adolescentes tienden a tomar más riesgos y a romper sus esquemas con mayor frecuencia cuando están en compañía de sus pares.
Esto se relacionó directamente con la presión social que ejercen los grupos sobre los adolescentes. La necesidad de encajar y agradar a otros provoca que los chicos actúen de maneras que no siempre van con su personalidad o sus principios.
Como padres, es necesario poner mayor atención al comportamiento de los hijos adolescentes cuando están con sus amigos. La forma en que se porta en presencia de papá o mamá no es siempre un buen indicador.
En este caso, la comunicación es tu herramienta más importante. Tanto con tu hijo como con tu pareja, los maestros, incluso los padres de sus amigos. El punto no es invadir la privacidad de tu hijo ni alejarlo de sus compañeros. Pero es importante que conozcas su situación para que puedas guiarlo y apoyarlo mejor.
Fuente: NYT Health