Hola, adiós, qué hay de comer, gracias, nos vemos. Si el vocabulario de tu hijo se ha reducido a estas palabras, y no has tenido una conversación en forma con él por un buen tiempo, tal vez está pasando por su “Etapa del silencio”.
Esta etapa, según una publicación de la revista Psychologies, es bastante común y, por lo general, no es motivo de alarma. A menos que sea un comportamiento generalizado, es decir, que no habla ni con sus amigos, ni con otras personas, se trata de un rasgo más del proceso de desarrollo de la identidad.
No es rebeldía, si no más bien una necesidad de tu hijo de estar consigo mismo, de conocerse y de entenderse. El estudio que menciona la revista considera que el silencio es una medida de auto protección. Es como si el chico o chica temiera que al hablar no pueda detenerse y te diga todo lo que siente. Este mecanismo evita las represalias que el adolescente considera que podría haber si confiesa todo lo que trae dentro.
Como mamá, lo que puedes hacer es respetar su silencio, que por lo general dura unas cuantas semanas. Los adolescentes no hablan pero es muy posible que busquen contacto o reafirmar tu apoyo de otras formas. Quizá se sienta en la mesa sin decir nada mientras preparas la cena, o te acompaña de compras sin pronunciar palabra. El hecho de que busque tu compañía ya dice algo.
Sin embargo, si percibes que este comportamiento se extiende a otras personas, o que dura más de tres meses, tal vez debas buscar ayuda de un especialista. Mantén un ojo avisor para detectar comportamientos nocivos fuera de casa. Esta etapa, si se prolonga, puede causar daños en la autoestima y la sociabilidad de tu hijo.
Fuente: Psychologies.com
