Boomers manteniéndo a los hijos Boomerang: ¿tendencia positiva o no?
Escrito por: Vivian Diller*
Cuando tus hijos adultos vienen a visitarte, ¿todavía llegan con bolsas llenas de ropa sucia? ¿Qué tan seguido se van con una bolsa de sobras de comida—y tal vez algo de dinero—junto con su ropa limpia y planchada?
De acuerdo con un reciente reporte de Reuters, hay muchos papás Baby Boomers (generación de la posguerra) que siguen manteniendo a sus hijos de muchas maneras, siendo mamá la persona con quien se puede ir cuando hay problemas económicos el 60% de las veces.
El reporte se basa en una encuesta por Internet en Florida, hecha por la firma Kitchen’s Group. Encontraron que “de las mujeres con hijos mayores de 18 años, 9% dijeron que tienen hijos adultos de vuelta en casa por tiempo indefinido. Un 12% eran el principal soporte financiero de sus hijos, y 31% dijeron que tenían hijos que regresaban a casa y dependían de ellos, pero que esperaban volverse independientes”.
Aunque los padres no están obligados legalmente a mantener a los hijos mayores de 18 años (y en años pasados muy pocos lo hacían), y aunque 86% de las mamás Boomer de la encuesta eran económicamente independientes a los 25 años, queda claro que muchos padres de hoy harán lo que puedan para ayudar a sus hijos adultos. La Asociación Estadounidense de Personas Retiradas (AARP por sus siglas en inglés) confirma esta nueva tendencia, asegurando que las estadísticas de Florida concuerdan con las suyas a mayor escala, que muestran que 69% de sus miembros proporcionan apoyo económico a sus hijos adultos en alguna medida.
Pero, ¿cuáles son las razones detrás de este cambio cultural? ¿Es una tendencia positiva que indica que más adultos jóvenes se sienten con la libertad de buscar apoyo de sus padres mientras tratan de establecerse en su carrera profesional? ¿Sugiere acaso que hay más acercamientos entre las madres y sus hijos, una forma de intimidad que era poco común en generaciones anteriores? ¿O es algo menos positivo, indicando un aumento en la sobre-dependencia de los hijos y de los padres? Tal vez, más preocupante, ¿refleja una renuencia entre los veinteañeros de pararse con sus propios pies, teniendo como resultado una pereza inducida culturalmente por los padres Boomer?
Altos índices de desempleo
La razón más aparente por la que los jóvenes adultos se toman más tiempo para ser financieramente independientes es, claramente, el actual estado de nuestra economía. La generación del milenio cumplió los 20 años cuando el mercado de valores se colapsó y empezó la recesión mundial. Se integraron a la fuerza de trabajo cuando el desempleo iba a la alza, los puestos se eliminaban y un grado universitario ya no aseguraba las oportunidades profesionales. Para muchos, mudarse al hogar familiar y pedir ayuda financiera les proporcionaba la opción de buscar internados no pagados, más educación o simplemente esperar a que terminara la recesión.
Aunque muchos de estos jóvenes adultos dicen que preferirían vivir solos y ser económicamente independientes, cuando sus padres ofrecen ayuda, la mayoría la acepta. Algunos no tienen más opciones. Otros quieren mantener el estilo de vida al que estaban acostumbrados—o que consideran que merecen—y esperan no tener que tomar trabajos que creen que están por debajo de ellos. Y los padres se van al extremo para ayudar a sus hijos a cumplir sus deseos. Un sitio de finanzas escribe que “las madres y padres no siempre planean estar pagando los gastos de su hijo” después de que alcanzan la mayoría de edad, y de pronto se encuentran llegando a la bancarrota por acumular las deudas de ayudar a sus hijos a independizarse.
Nido vacío vs. el Vacío que sigue
Consideremos también que las solicitudes de ayuda financiera de los jóvenes adultos choca con los sentimientos ambivalentes de muchas mamás Boomer sobre sus vidas. Las madres que han pasado su veinte, sus treinta y cuarenta años cuidando a sus hijos se ven en una encrucijada durante su mediana edad—soportar o avanzar. Mientras podrían empezar a prepararse para los años que les quedan sin sus hijos, y esperar que puedan pasar más tiempo consigo mismas, sigue habiendo una fuerte atracción a mantener lo que es conocido—la casa llena, con todo y cuartos desordenados y refrigeradores vacíos.
Por instinto, muchas mamás Boomer añoran (y caen fácilmente en la tentación) su rol de cuidadora, la persona con quien se puede acudir. Ser necesaria ayuda a algunas mujeres a mantener el sentido de sus vidas cuando se enfrentan a los temores de volverse invisibles, física y emocionalmente (a mí me gusta llamar a esta fase “el vacío que sigue”, para que las mujeres se enfoquen menos en que pierden su nido y más en lo que viene después). Apoyar a los hijos en este momento puede ser satisfactorio para algunas mujeres, incluso si las consume financieramente.
Nueva estructura familiar
Además, está el hecho de que en los últimos 20 años, la estructura familiar se ha vuelto más centrada en los hijos, incluso cuando dichos hijos se convierten en adultos. Ya no está papá en la cabecera de la mesa cuando mamá sirve la comida y los hijos se van a jugar en silencio. Las cenas familiares son una cosa del pasado, la mayoría de las comidas, fines de semana y vacaciones giran en torno a las actividades de los hijos: el entrenamiento de fútbol, las clases de ballet, campamentos y otros intereses extracurriculares. Las más de las veces ambos padres trabajan, algunos hasta toman un segundo empleo para financiar las vidas tan activas de sus hijos.
Con los hijos creciendo con la creencia de que los padres harán este tipo de sacrificios, no es de sorprender que esperen que esto continúe hasta su vida adulta. Esto puede resultar en hijos demasiado dependientes que encuentren desagradable renunciar a sus encimosas pero sustentables familias. Tenemos que preguntarnos si los años maravillosos se han convertido en los años de la vagancia, con tantos jóvenes perdidos porque estuvieron mucho tiempo acurrucados.
Diferencias generacionales
El que los Boomers recuerden su adultez joven de diferente manera no es difícil de entender. Estas mujeres fueron criadas por padres que vivieron la etapa posterior a la Depresión, y que enfatizaron la importancia de la estabilidad financiera. Las mujeres Boomer también fueron pioneras del movimiento feminista. El éxito económico no se trataba solo de seguridad financiera, sino que también aseguraba que ellas no serían tan dependientes del hombre como sus madres. Estas mamás fueron de las primeras que rompieron esquemas que los niños del milenio dan por sentados.
¿El resultado? Los jóvenes adultos de hoy—en especial las mujeres de veintitantos—no ven la dependencia financiera como fracaso o traición a sus creencias políticas como habría sido el caso de sus madres. Se sienten menos apenadas por lo que ellas consideran una etapa transitoria y temporal. Y como estas mamás tienen que lidiar con el pesar residual por haber hecho una carrera y dejado a sus hijos en casa, consentirlos ahora puede satisfacer las necesidades de todos—aliviar la culpa de las madres mientras ayudan a sus hijos adultos.
Sin duda, las estadísticas que indican que más mamás Boomer apoyan a sus hijos adultos revelan cuestiones psicológicas y culturales muy complicadas. Y este reporte de Reuters no explora el rol de los padres en esta dinámica familiar. ¿Será posible que la mamá sea la persona con quien se puede acudir porque tiene un toque más suave, mientras que los papás son del tipo “vete ya”, porque se preocupan más por los asuntos de dinero? ¿Les preocupará a los papás que si ofrecen apoyo económico estimularán una dependencia disfuncional? ¿Estas actitudes tan diferentes al respecto estarán contribuyendo a los problemas maritales además de los financieros en la mediana edad?
Tal vez, dado que muchos Baby Boomers no han hecho planes para su futuro personal y económico, esta tendencia genera preguntas sobre el impacto a largo plazo y cómo funcionará al final.
Todos podemos beneficiarnos de un mejor entendimiento de este fenómeno cultural. ¿Qué piensas de los hijos adultos que siguen siendo apoyados financieramente por su mamá o su papá cuando éstos están en posición de ayudar?
*Vivian Diller es psicóloga, bailarina profesional y modelo. Conocida por sus artículos de belleza, envejecimiento, medios, modelos y bailarinas. Es autora del libro Face It: What Women Really Feel As Their Looks Change una guía psicológica para ayudar a las mujeres a lidiar con sus emociones respecto al cambio en su apariencia.