En la Ciudad de Guadalajara -una sociedad típica y aún tradicional-, en su pleno centro, está parada una mujer con una sábana que se le escurre entre las piernas, muestra los pechos, y su vientre redondo.
El acto de desnudarse, es mágico y confiere una capacidad de actuar, ser o infringir algo. Actualmente el desnudo es utilizado como un fuerte elemento para levantar la voz y hacerse notar de alguna manera, ya que en la mayoría de ciudades implica el acto de transgredir una moral social colectiva.
En otros casos, el desnudo se ha utilizado como estado para provocar el deseo en otros que son espectadores. Algunos de estos cuerpos lo acompañan con un baile sutil, llamado strip-tease, donde la finalidad es la seducción.
En sí el desnudo con su no vestimenta, y la exhibición de las formas y texturas del cuerpo, es en sí, un acto sumamente erótico en culturas en donde no es habitual permanecer con poca ropa, o se considera inmoral.
Sin embargo, esta escultura permanece situada frente a la catedral de Guadalajara, muestra su sinuosa silueta, con los glúteos bien delineados. Tiene una pizca de discreción con ese manto que cae entre las piernas, y las rodea formando los pliegues y provocando el misterio.
Da la espalda a la catedral, se deja acariciar por el sol, y el vuelo de las palomas. Esta pieza sin nombre fue fabricada en Nueva York por JW Fiske, y es un desnudo parcial con un estilo renacentista, que despliega la belleza en la plaza central.
Por Haydee Ramos.