Una tendencia que ha crecido en los últimos quince años son los viajes intergeneracionales. Los abuelos viajan con los nietos, a veces también con los hijos, para pasar unas gratas vacaciones. La experiencia y el descanso se ven enriquecidos por la interacción que surge entre los más pequeños y los más sabios de la familia, permitiendo a los padres descansar de su ardua labor y tener unos días para sí mismos.
Según un estudio realizado por la Universidad de Florida, este tipo de vacaciones, que incluyen a miembros de la familia de todas las edades, es un mercado que ha crecido en 60% desde 1996, y actualmente conforma una quinta parte de los viajes realizados con niños en el mundo. A los pequeños les puede resultar muy benéfico convivir más con sus abuelos, aprender cosas nuevas y vivir una experiencia en la que se sientan más libres, lejos del ojo avizor de papá y mamá.
Sin embargo, esto es algo que nunca debes forzar, pues podrías obtener el resultado contrario. Es importante que les permitas a tus hijos decidir si quieren pasar sus vacaciones con los abuelos, y también que consultes antes con tus padres o suegros si están dispuestos a ello. La edad recomendada para que unos nietos tomen vacaciones con sus abuelos es mínimo 5 años. Recuerda que ellos ya no tienen la energía que tenían cuando tú eras pequeña.
Sin olvidar la disciplina
Antes de que se embarquen en el viaje, es tu responsabilidad fijar límites a ambas partes sobre lo que pueden hacer y lo que no, pues es sabido que los abuelos tienden a ser un poco más consentidores y dar más libertades a los niños. Esto podría causarte problemas al regreso, así que es mejor prevenir. Finalmente, cuando se vayan, piensa en que están a salvo y dedica este descanso a recargar tus baterías. Cuando vuelvan, seguro las vas a necesitar.
Escrito por: Revista SuperMujer