A menudo no nos damos cuenta de que el bienestar de nuestros pies es algo clave para la salud y la belleza, y solemos descuidarlos. Los pies son una zona sensible de nuestro cuerpo, por lo que tenemos que prestar especial atención a sus cuidados.
Unos pies dañados afectan nuestra calidad de vida, y por ello aquí presentamos algunos consejos para mantenerlos bellos y saludables:
• Lavarse los pies diariamente con agua templada y jabón neutro; después, secarlos cuidadosamente con una toalla y aplicar crema hidratante masajeando suavemente. Se recomienda hacerlo por la noche para que la crema actúe con mayor eficacia.
• Cortar las uñas de forma recta, pero no demasiado, ya que las uñas demasiado cortas pueden clavarse en la piel produciendo heridas, especialmente las esquinas. Hay que limarlas con unas limas de esmeril o de cartón, ya que las metálicas pueden dañarlas.
• Utilizar calzado cómodo y adecuado para cada actividad. El calzado ajustado o demasiado amplio produce roces y lesiones en los pies. Es recomendable tener al menos dos pares de zapatos para poder alternarlos y, cuando se trata de calzado nuevo, hay que amoldarlos poco a poco usándolos dos horas al día como máximo durante las dos primeras semanas. Se aconseja también no abusar de los zapatos de tacón.
• Durante el verano, aplicar protector solar si es que vamos a usar calzado que deje nuestros pies a la intemperie o vamos a ir a la playa. Es una zona muy sensible a la exposición solar que, sin embargo, solemos descuidar.
• Tener cuidado con los remedios caseros para las dolencias de los pies. A veces el autotratamiento puede agravar el problema. En caso de sufrir dolores de forma persistente es necesario acudir al podólogo, y si se trata de una persona con diabetes o con problemas de circulación, es importante realizar visitas regulares al médico aunque no se sufra dolor.
• Utilizar piedra pómez para los pies que presenten callosidades. Así se eliminan las células muertas y las asperezas. Es fundamental lavar la piedra antes y después de usarla.
• Contra el mal olor, aplicar productos desodorantes a diario. Pero sólo se deben usar talcos antimicóticos si existe infección por hongos, ya que de lo contrario se desestabiliza el sistema natural de defensa de la piel.