Eda Lorna es psicóloga clínica, psicoterapeuta grupal, psicoterapeuta familiar y de pareja. Ha sido docente en Desarrollo Humano a lo largo de 19 años, y ha participado, también como docente, en la maestría Población y Salud de la UAM con temas de familia. Platica con Confesiones de Sofía sobre su nuevo libro "Las Cuentas del Amor", el cual aborda a profundidad la relación entre la economía y los lazos afectivos.
¿Qué inquietud te llevó a escribir “Las Cuentas del Amor”?
Bueno fue algo a nivel tanto personal como profesional. En la consulta, sobre todo en la terapia de pareja, las personas piden ayuda, según lo que yo he observado, es que uno de los temas que presentan con más frecuencia, como un boleto de entrada, son estos temas de la economía. Este tema, conflictúa a la pareja, acaban peleándose por la administración del dinero. Es algo que me hizo pensar sobre ¿qué significa el dinero para las parejas, y a nivel individual? Porque esto es lo que se pone en juego en la relación. A través de mi experiencia es que el dinero es un elemento que utilizamos como una pantalla, para tapar otros problemas más profundos.
En tu libro hablas de que asociamos el valor del dinero con el valor de uno mismo. ¿Por qué sucede esto?
Existe un mecanismo que se llama identificación. Todos los seres humanos necesitamos identificarnos con alguien o algo que desde nuestra percepción es importante, valioso o significativo. Desgraciadamente estamos viviendo un momento tan materializado que todo el tiempo estamos pensando en el dinero. Pareciera que tenemos un culto, es la nueva religión. Entonces llegamos a un punto en el que la valía, el autoestima, es igual a dinero. Existe la idea de que si no tienes dinero, no eres nadie, y nadie te va a voltear a ver, nadie va a querer estar contigo. No entras al mercado de la oferta y la demanda. Actualmente muchas personas tienen esa concepción de las relaciones, no solo de pareja, sino en general. Entonces, esta forma de concebirse a uno y a la pareja la involucramos en la relación y empieza a haber conflictos de poder. Lo que yo planteo es que la verdadera ecuación tiene que ver con otros valores y con la idea de que dar y recibir no está condicionado a que el otro me resuelva mis carencias, materiales o afectivas.
¿Cuál es el problema más común que surge en la relaciones por la cuestión del dinero?
Principalmente son dos cosas: cómo manejar el dinero, y quién lo maneja. Todo lo que involucra generan conflicto, y el conflicto deriva en una pelea, y esto se convierte en un desacuerdo. El dinero es una transacción en nuestra vida cotidiana, nos guste o no nos guste. Representa ese intercambio de dar y recibir.
¿Qué recomendarías para tratar el tema sin terminar en conflicto?
Una de las cosas que propongo en el libro es que, desafortunadamente, desde el inicio de la relación, nos limitamos a ser observadores de la situación que se establece desde las primeras citas: ¿quién paga? ¿cómo se paga? Ahí ya se pueden observar patrones, pero nos quedamos callados. Si algo nos disgusta no lo decimos porque tal vez no queremos desencantar al otro. Es un mito que tenemos que romper. Yo creo que sí es importante que desde le inicio de cualquier relación, a la edad que tengas, hablarlo. No tenemos por qué temerle. Es un asunto que siempre está presente en nuestra vida, lo queramos o no. Entonces hay que atenderlo. Mejor que sea ahora y no el tema de conflicto en tu divorcio ¿no? Mi propuesta es simplemente dialogar.
¿Qué creencias hace falta modificar respecto al dinero?
Son las actitudes, que son un conjunto de elementos. Se conforman por formas de pensar, de sentir y de actuar. Ni siquiera nos damos cuenta cuando hay incongruencias entre éstas. Tenemos que hacer un verdadero esfuerzo, pues la chamba en la pareja siempre es de dos. No podemos dejarle la responsabilidad a uno o al otro. Que él o ella haga, y luego yo me enojo porque la hiciste mal. Tenemos que revisar qué actitudes tengo ante el dinero. ¿Me molesta o me enoja? ¿Puedo hablarlo? Todo esto tiene que ver con tu historia familiar y de vida. De ahí proviene todo, y tenemos que descubrir los patrones. Hay que reflexionarlo, ¿por qué estoy repitiendo este patrón que me está dañando? Hay que hacer nuestro propio balance al final del día. Y sobre todo, aprendamos a dialogar, a resolverlo entre los dos. Aprender a escuchar también es esencial. El amor no debe restarte, debe sumarte, hacerte crecer.
¿Algún mensaje que quieras compartir con nuestras lectoras?
Una de las cosas más importantes, si vamos a ser pareja, la idea es integrarnos y alternarnos en las funciones y en las tareas de la vida. Como yo lo digo en mi libro, el modelo que propongo es uno en donde la pareja se integre y no se fragmente. Donde no haya roles fijos e inamovibles para ambos. Debe haber flexibilidad y alternancia. En esa medida podemos construir algo más positivo y el amor solamente puede crecer con esta base.
Escrito por: Confesiones de Sofía