¿Tanto trabajo estresa no crees?
¡Relájate un poco amiga mía! Canta por un sueño, como dice una armónica canción de esa bella Thalía, respira profundo y si es posible escápate unos minutos a mirar al cielo, ¡proyéctale buena vibra al corazón!
No necesariamente tienes que ser amante del feng shui, para mantener el equilibrio y la armonía, ¡sólo basta sentirse viva!
El color de nuestra esencia lo matizamos nosotras mismas con nuestra actitud ante la vida, ante lo que hacemos, lo que decimos, cómo actuamos.
Llenar de aire los pulmones de manera enérgica, es parte del alimento al alma y un adiós sensato al estrés, al menos por un buen rato. ¿No te pasa muchas veces que de todas las llamadas que haces al día, la mayoría corre en busca de la respuesta a la pregunta de manera inmediata? No importa cuál sea el asunto, lo cierto es que todo urge de manera increíble, es tal el carácter urgente de ese asunto, que olvidas preguntar: “¿Cómo estás?” y si lo haces, a veces se te olvida otorgar esos breves segundos a la respuesta de un: “Bien, gracias”. En ocasiones corremos tanto que no dejamos ni que terminen la frase cortésmente, ¿no te pasa? ¡Claro que sí te pasa mi querida lectora!
Pienso que es momento de cambiar un poco, que sería mejor comenzar a transformar esa mala disciplina por un mejor saludo, respetar esos breves segundos, y aportar algo mejor que estrés transmitido por le teléfono. ¿Te agrada la idea? Qué tal un: "¿Cómo te sientes hoy?" o un: "¿Qué tal va tu día?", o sencillamente “¡Qué gusto saludarte!”, y esperar unos segundos paciente a la respuesta positiva, ¡siempre resulta!
Cuando corremos de esa forma, transmitimos la presión y el carácter se encartona de manera automática, sin embargo, cuando hacemos a un lado la diplomacia, seriedad o presión con un saludo cortés y enigmático antes de ir al asunto a tratar, contagiamos la armonía en una simple llamada, desestresamos nuestro entorno y desestresamos el de la otra persona, seguro cuando pasen los minutos y colguemos, habremos restado dos puntos a la carga de trabajo y habremos rescatado una sonrisa al menos.
¡¡Así que manos a la obra, disciplinémonos, carguemos de energía positiva nuestro entorno y contagiemos a quien quiera formar parte de los que miran al cielo para sentirse mejor!!
Escrito por: Paloma SLY
