La Navidad es una época especial del año, en la que algunos lloran y se desquician y otros la disfrutan, y se entregan al placer de los regalos, la comida, la bebida y los encuentros. En cada Navidad se produce un nacimiento, una oportunidad para realizar y alcanzar sueños postergados, declarar metas boicoteadas por el desgano y el cansancio; un “reseteo” de lo vivido en el resto del año. Esta navidad para mí es especial; han llegado de visita mi madre y hermana anterior a México; será la tercera navidad (para mí) sin mi padre, y el comienzo de un para siempre Navidad sin papá.
Mi gran deseo es que pasemos felices fiestas juntas en el seno de mi hogar adoptivo por consciencia y elección personal; disfrutando del presente de tenernos, compartiéndonos, y nutriendo nuestras almas con las más dulces emociones que serán alimento necesario para impulsar un 2012 colmado de abundancia y prosperidad. Y en el afán de concretar mi sueño, decoré la casa, compré dulces, y me puse a pensar ¿Qué florecerá en esta Navidad? ¿Qué deseo que nazca en esta Navidad? Y me detuve a pensarlo, hacia dentro, en silencio.
Y tú ¿Qué quieres que surja esta navidad? ¿Qué sentido le darás a este nacimiento? ¿A esta nueva oportunidad de la vida pone en tu camino?
Después de una largo tiempo de introspección, salí de mi cueva y lo vi claro: yo elijo y quiero que esta Navidad sea el nacimiento de nuevos proyectos personales y profesionales que me lleven a seguir trabajando en la mujer que soy, y que por sobre todo me simpatiza.
Que tenga la oportunidad de seguir escribiéndote cada semana unas palabras y que toquen tu alma – aunque no sepa tu nombre, ni conozca tu rostro, estamos conectadas -; quiero seguir construyendo un mundo mejor para vivir ahora y aquí para ti y para mí y para los tuyos y los míos, para los nuestros; deseo hacerme más consciente de las necesidades de nuestro mundo, de nuestra madre tierra para poder ser contributiva con ella y apoyarla y cuidarla; anhelo que sea un tiempo de desarrollo humano de todos para contagiarnos de alegría, euforia y pasión, que se ablanden los corazones duros y rígidos y se vuelvan empáticos con los que menos tienen, con los que más sufren, con los que buscan amor, trabajo, el pan de cada día, la sonrisa intacta, la mano amiga.
Y deseo que tú que siempre estás puedas encontrar regocijo en tu alma, y disfrutes de este tiempo de reencuentros con tu familia, tus amigos y seres amados; que al fin todos entendamos que nos pertenecemos, que somos la gota de un océano maravilloso que se llama VIDA.
¡Feliz Navidad!
Escrito por: Chuchi González