Me quedé perpleja cuando escuché la noticia del suicidio colectivo de padres y madres tarahumaras ante la impotencia de no tener qué darle de comer a sus hijos. No sé si fue cierto o no, pero la noticia había sido publicada por un canal local y por supuesto que fue difundida muy rápidamente en los medios nacionales. La opinión y acción en las redes sociales no se hizo esperar y varios se levantaron para dar inicio al apoyo de esta población tan marginada.
Fundaciones, Asociaciones civiles, líderes de opinión, tuiteros famosos y no famosos, páginas en Facebook, el Gobierno del Distrito Federal y más, de inmediato se unieron a la causa de pedir apoyos en dinero, víveres y artículos de primera necesidad para llevarlos a la sierra.
Mi muy particular opinión, es que me parece poco ético cómo se manejó la información y que tanto partidos políticos como los medios de comunicación, usen cuestiones por demás reales y dolorosas como lo son el hambre, la pobreza y la marginación para ganar publicidad, vender la nota o manipular elecciones.
Independientemente de la confirmación de la noticia o no, lo que es innegable es el hambre que viven estos pueblos, cuya marginación en parte, no sólo es a causa de la corrupción de quien los gobierna sino la situación geográfica, el clima extremoso, las sequías, y la falta de oportunidades en educación y demás.
Sin embargo, se debe reconocer que la noticia sacudió a mucha gente que desconocía el problema o simplemente no se había decidido a hacer algo al respecto. Acciones que hasta el momento están beneficiando a familias para las que cómo dice Ana Paula Pintado, fundadora de Mukuí, un kilo de harina o de frijol resulta ser una artículo de lujo para los habitantes de la Sierra Tarahumara.
Mukuí lleva cinco años trabajando y ocupándose en ayudar a las mujeres ralámuli sin alterar su forma de vida o tradiciones. Es decir, se les proporcionan materiales para que ellas mismas hagan prendas de vestir, bolsas o accesorios y así obtengan un ingreso (a veces el único) para su familia, sin descuidar las labores de la comunidad. Una labor cuya continuidad depende de una verdadera vocación y desde luego un cariño muy especial por estas comunidades. Aquí su página en Facebook para conocer más y poder ayudar: http://www.facebook.com/pages/Mukui/282664026274
Desde que salió la noticia la ayuda no se ha detenido, constantemente se lee sobre todo en el Twitter la ubicación de centros de acopio y Fundaciones donde también se puede donar como Fundación San Ignacio de Loyola A.C. Banorte Cta. 0195451182 CL. 0721800019544511822 donde los donativos son deducibles de impuestos.
¿Tú que estás haciendo para ayudar?
Por: Regina Kuri.