Familia

¡La pregunta correcta!

diosmama

A

cabo de leer un cuentito en donde un ángel se le aparece a una mamá para decirle que le va a cumplir su mayor deseo: poder tener un "diálogo de adultos" con su bebé de seis meses. Ella se emociona muchísimo pues quiere compartir con su hijo toda la experiencia de vida que ella tiene para poderlo guiar mejor, que tenga una gran sabiduría para que sea feliz.

Llega la hora de la conversación y el ángel pone las reglas: la madre solamente puede contestar y el hijo hará solamente 3 preguntas. La mamá está un poco incrédula de que el hijo realmente pueda comunicarse, sin embargo cuando lo ve levantar su cabecita, incorporarse y empezar a hablar, se queda perpleja. Ella está esperando que su hijo le pregunte sobre temas de gran importancia para poderle transmitir su sabiduría.
Las preguntas del hijo son: ¿porqué el cielo es azul?, ¿porqué a veces hace frío y a veces calor?, ¿cómo sé que en verdad soy tu hijo?
La mamá apenas puede creer que se haya desperdiciado este gran momento en tonterías. Sin embargo, ella paciente y amorosamente contesta cada una de las preguntas, dándose tiempo suficiente para que su hijo entienda todo.
Pasado el evento regresa el ángel, ella está molesta porque el diálogo fue un fracaso. El ángel la calma y le dice que fue maravilloso ver cómo se comunicaban, que ella le dio todo su amor a través de sus contestaciones y que el bebé preguntó lo que para él era de importancia dada su experiencia, lo poco que ha podido vivir, no era posible que preguntara más que eso.
Y así termina el cuento, con la madre mirando amorosamente a su hijo, susurrándole que todo está bien.

La metáfora de esta historia es la relación de Dios (o el universo) con nosotros. Nosotros representados por el bebé y Dios representado por la madre. La posibilidad de comunicarse es la oración y la meditación, siendo la oración las preguntas y la meditación las respuestas. Dios se desespera por las preguntas tan tontas que hacemos pudiendo preguntar cosas de importancia para tener más sabiduría. Él pacientemente contesta a todo lo que preguntamos.
Lo interesante de la lectura fue la reflexión del autor que decía que la pregunta perfecta para Dios sería: ¿qué quieres tú que yo sepa? y Él con su infinito amor nos contestaría todo lo que necesitamos saber para ser totalmente felices. En este mismo instante Él nos ve amorosamente y nos susurra "todo está bien".

Escrito por: Yvonne Armand Villa

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