Se solía creer que las adicciones sólo tenían que ver con alcohol, drogas o conductas perniciosas. Pero hay muchos tipos de adicciones, ya sea a la comida, a un hábito o actividad, producto químico, etc. Éstas aparecen cuando enmascaramos nuestros miedos.
Todos podemos caer en adicciones o patrones de conducta compulsiva que sin suponer un trastorno serio de la personalidad, nos perjudican y pasan a ser el eje de nuestra existencia.
Las personas adictas padecen un problema de personalidad que influye negativamente en su vida y en la de quienes lo rodean, pero han de desdramatizar su dolencia, porque se pueden superar.
Aunque precisamente la conciencia de su padecimiento -que, a los ojos de los demás, puede pasar como una señal de perfeccionismo o de autodisciplina- es lo que agrava su trastorno y retrasa más los procesos de curación.
Una actividad llevada al nivel de adicción revela una patología similar a otras rutinas de tipo neurótico donde se entremezclan miedos, inseguridades, fobias y complejos.
Hay muchos tipos de adicciones, algunas son a hábitos que adoptamos para evitar estar presentes en nuestra vida. Cuando no queremos afrontar lo que tenemos delante, o cuando no deseamos estar donde estamos, echamos mano de una pauta o hábito que nos mantiene desconectados de nuestra vida. Para algunas personas puede ser una adicción a la comida, una actividad o a algún producto químico. Sin embargo, la opción de seguir enfermo es siempre individual.
Ya lo dice el famoso dicho “Todo con medida, nada con exceso”.
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