Imagínense que entran a un cuarto oscuro donde saben que hay algunas cosas como una silla, una mesa con un florero un librero y como acaban de hacer la limpieza esta la escoba apoyada en la pared y el recogedor. Todo esto está en el cuarto pero no saben dónde está exactamente y ustedes entran ahí con la intención de llegar al centro del cuarto en el que hay un espacio vacío y donde podrán hacer un pequeño baile. Bueno ya entraron recuerden que está completamente oscuro y no saben dónde están las cosas, ¿que pasaría?... bueno aparte de unos golpes que se darían por chocar con todo, está el riesgo de caerse y sufrir un daño mas grande. Ahora imaginen que hay alguien que les dice la ubicación de los muebles, ustedes no los ven, pero ahora ya saben que entrando a la derecha está la mesa con el florero que a la izquieda está la escoba y la silla esta 10 pasos a la izquierda de la mesa. Si te dan esta información probablemente te ahorrarías muchos golpes y aunque chocaras con algo, esto te ubicaría pues ya sabes dónde están las demás cosas. Así es exactamente como se sienten los adolescentes, entran a un cuarto oscuro donde ellos no pueden ver, pero nosotros como padres al poner limites y respetar esos limites es como si les estuvieramos dando la ubicación de las cosas con las que pueden chocar, ahora imagínate que puedes darles una muy, muy pequeña lamparita para que ilumine a sus pies. Esa lamapara es el conocimiento que tú les impartas, desde creer en Dios hasta llevarlos a que tengan alguna habilidad, practicar algo que a ellos les llame la atención, claro sin olvidar los estudios. A la adolescencia entran ellos solos, pero nosotros podemos ayudarlos y ayudarnos si le damos herrramientas y establecemos limites. Sinceramente esto hará que pase tu familia una adolescencia más tranquila.
