E
n un lugar no muy lejano de éste nuestro mundo terrenal; existe una mujer que de verdad ha dejado huella en muchas personas que la conocen; parece incluso pertenecer a un mundo mágico, que de no ser por ella, quizá no conoceríamos. Yo he sido una de esas personas afortunadas en compartir con ella ese bello mundo, su mundo.
Externamente es ahora un tanto mayor y aunque con mucho la edad la ha cambiado, la esencia que la caracteriza aún está presente: siempre de buen humor, asistiendo a todo el que la necesite con un cariño sobrado y una paciencia infinitas; ha criado 5 hijos y amado, a un solo hombre en su vida. Profesional en la cocina, maestra en el corte y confección, artista tejiendo y bordando, notable enfermera que inyecta con manos diestras; capaces de curar desde la más pequeña herida hasta la más grande, siempre con gran amor y ternura y un don especial, que la hace dar consuelo con el solo hecho de estar junto a ella. Excelente anfitriona, organizadora de eventos como ninguna, terapeuta, psicóloga, gran conversadora y eterna compañera de ilusiones y juegos. ¿Su casa?: un remanso de paz y tranquilidad“No hay distancia tan grande que pueda alejarnos de las personas que amamos, si mantenemos su recuerdo en nuestros corazones y estamos unidos con el pensamiento”
en donde poder refugiarse y un centro de reuniones del cual ella siempre forma parte central de cada acontecimiento. Y todo esto, en nuestro mundo real, al cual ella pertenece aunque a alguien pudiera parecerle que no.
Dentro de todo lo que podría contar están mil y una anécdotas, un millón de lindos y apacibles momentos y otro tanto de hermosos recuerdos, que marcaron mi vida para siempre con una infancia llena de amor y alegría, a la que siguió una adolescencia cuya comprensión y ayuda, forjó posteriormente, una juventud colmada de su agradable y calurosa compañía, que ahora, a mi edad adulta me llena de agradecimiento infinito, hacia esa mujer que no hizo otra cosa más que llenar mi vida de bienestar y dulzura.
Solo me resta mencionar de quien se trata para dar fin a esta historia sin poder evitar sentir temor de que la sola palabra no demuestre lo suficiente, por que lo que ella realmente representa es mucho más que eso y aunque para mi en lo más hondo de mi ser, siempre será mi querida abuelita, en mi mente estará como todo eso que ella es y que sin títulos profesionales, sin reconocimientos especiales ni maestrías ni doctorados, se ha ganado ya y que da título a esta pequeña historia de alguien muy, muy grande:
“LUPITA DE MI CORAZÓN”.
“No hay distancia tan grande que pueda alejarnos de las personas que amamos, si mantenemos su recuerdo en nuestros corazones y estamos unidos con el pensamiento”.
Escrito por: Marcela Ortega
Foto: The curious oyster