¿Qué ves cuando te miras al espejo?

Aprovecha los reflejos de tu entorno para enriquecer tu interior

L

a función de un espejo es reflejar nuestra imagen, si no fuera por esa imagen no sabríamos como somos físicamente de la cara y de la espalda. Antes de la aparición de los espejos, nuestra imagen era reflejada en el agua. Mientras más cristalina y estática esté el agua mejor será el reflejo.

Hoy día en los espejos también hay calidades y formas. Basta entrar a una “casa de los espejos” en alguna feria para darse cuenta de la diversidad de reflejos que podemos tener. En algunos nos vemos chaparros y gordos, en otros altos y delgados, en otros sólo se ven algunas partes, en otro se ve todo, etc.
Algunos reflejos nos gustan mucho y nos encanta vernos así, algunos reflejos nos chocan y tratamos de no mirarlos, algunos otros nos son indiferentes. Puedo, por ejemplo, ver mi cara y decir: que bonita nariz, me gusta; el color de mis ojos es muy interesante; mi labios son del tamaño perfecto; hasta eso, parece que todavía no se me notan tanto las arrugas; mis cejas son horribles (sólo lo pienso pero trato de no fijarme en ello, o a lo mejor sí y es todo lo que veo).
Por cierto, ¿tú has hecho el ejercicio de verte en el espejo detenidamente tratando de no juzgarte? Es un ejercicio de lo más difícil, somos jueces muy crueles y nos criticamos con ferocidad. Te invito a que lo hagas diario por unos 2 o 3 minutos, por 2 semanas. Fíjate bien que de verdad no te juzgues. No emplees ningún tipo de calificativo, ni para bien, ni para mal. Solamente mírate. Te aseguro que te sorprenderás.
Las personas que nos rodean son los espejos que nos ayudan a “ver” la cara y la espalda de nuestra personalidad, nos ayudan a conocer nuestra sombra Así como los espejos nos son necesarios y nos reflejan diferentes aspectos de nosotros mismos, así todas las personas que nos rodean en nuestra vida diaria nos son necesarias y nos reflejan diversos aspectos de nosotros.
Existe un concepto en psicología que habla acera de “la sombra”; es aquello que forma parte de nuestra personalidad pero que no podemos ver, está escondido. En general “la sombra” es algo que no nos gusta, que nos repele, nos “cae gordo”.
Las personas que nos rodean son los espejos que nos ayudan a “ver” la cara y la espalda de nuestra personalidad, nos ayudan a conocer nuestra sombra. Y pasa lo mismo que con el espejo: algunos reflejos nos gustan mucho y nos encanta vernos así, algunos reflejos nos chocan y tratamos de no mirarlos, algunos otros nos son indiferentes.
Y así hay personas que nos encantan, nos gustan mucho, hay personas que nos son indiferentes, hay personas que nos caen en la punta del hígado y los criticamos duramente.
Hoy te invito a que, al igual que como lo hiciste con el espejo, ahora te veas en los otros sin juzgar. En los que te caen bien, en los que te caen mal, en los indiferentes. Mírate sin ningún calificativo, no critiques, puesto que sólo te estás criticando a ti mismo. Créeme, si lo logras, te sorprenderás.
Aquellas personas que según tú son de lo peor, no soportas ni su presencia se convertirán en tus mejores maestros, los más sabios. Date la oportunidad de integrar todos esos reflejos en ti y lograrás tener una gran riqueza interior. Y lo más importante, serás capaz de conectarte con todos los seres humanos sabiendo que todo lo que ellos son, tu lo eres, y todo lo que tú eres, ellos son.

Escrito por: Yvonne Armand Villa