Receta: Continuar una guerra perdida y descuidar el abuso del alcohol
Niños empiezan a tomar a los 12 años
L
os Intocables se llamaba la serie de televisión que dio a conocer aquella realidad. Se trataba de la lucha contra el crimen organizado en Chicago por allá de los años veinte del siglo pasado. Fue la época de la prohibición de venta de alcohol. Lo que ocurrió es tremendamente familiar. Una guerra entre mafias y entre policías donde las balaceras y las muertes en las calles eran cosa de todos los días. 13 años duró hasta que los norteamericanos decidieron que era hora de abandonar la inútil guerra. Se despenalizó la droga llamada alcohol. A Elliot Ness, el policía “incorruptible”, le preguntaron que qué haría entonces. “Iré a tomarme una copa”.En el mundo entero, México se ha vuelto la nota roja. ¿Y por qué? Pues hay una guerra contra el narcotráfico. Hay una guerra por eliminar la venta de drogas ilegales. Y como sucedió en la época de la prohibición, las mafias pelean entre sí para ganar el mercado territorial.
como sucedió en la época de la prohibición, balaceras, muerte y corrupción son los grandes titulares del mundo pero ahora la escalofriante realidad mexicana es la protagonistaY las autoridades también pelean por eliminar al crimen organizado. Y los resultados son los mismos de entonces. Balaceras, muerte y corrupción son los grandes titulares del mundo donde la escalofriante realidad mexicana es la protagonista.
Tal y como sucedió hace menos de un siglo, cuando la violencia bajó al despenalizar la droga del alcohol, ahora ex presidentes e intelectuales de todo el mundo piden despenalizar el consumo de drogas. Del expresidente Enrique Cardoso de Brasil al gran escritor y pensador de izquierda Carlos Fuentes de México pasando por el derechista medio The Economist, todos coinciden en que esta guerra impuesta desde hace 100 años está perdida. Que al prohibir algunas drogas, se generan incentivos para un gran mercado lucrativo. Que al prohibirlas, las autoridades sólo tienen dos opciones; o se corrompen o ven morir a sus familiares. Ante la oferta de plata o plomo ¿usted qué escogería?
Esta guerra está perdida y México no lo entiende. Recibe la presión de las autoridades norteamericanas para que persigamos a los capos mientras ellos tienen el mayor consumo de drogas. Y por lo
De Enrique Cardoso de Brasil a Carlos Fuentes de México pasando por el conservador medio The Economist, todos coinciden en que esta guerra impuesta desde hace 100 años está perdidatanto tienen el mayor narcotráfico del mundo y no andan persiguiendo cárteles como aquí. Y por lo mismo ellos parecen entender que ya es hora de darnos cuenta que la guerra contra la venta es imposible de ganar. Que lo mejor es trabajar para prevenir y desalentar el consumo de drogas. De hecho. La mariguana comienza a ser legal en varios estados del país vecino. Tal y como lo es en otros países de Europa. Es hora de entender que la prohibición genera estímulos económicos tan altos que capos y autoridades están contra la despenalización. No les conviene econonómicamente a los capos que se despenalice.
Y lo peor de todo es que, por andar volteando a otro lado, no nos hemos dado cuenta que hay otra droga que genera mucha más violencia: el alcohol. Ni la mariguana, ni la cocaína, ni el éxtasis provocan los desmanes que sí provoca el alcohol. Los efectos de la embriaguez son fatales, literalmente. La violencia contra las mujeres tiene en el alcoholismo a su principal agitador. Es la principal causa de muerte entre jóvenes. Envalentona. Hace perder los estribos. Accidentes automovilísticos donde la muerte ronda son generados por la embriaguez. Así que mientras estamos volteando a ver como se genera violencia por el narcotráfico hemos descuidado la prevención en materia de alcohol.
En México hemos construido el coctel perfecto para la violencia explosiva: prohibimos las drogas menos violentas y nos olvidamos de controlar el consumo de la droga que genera más violencia en las casas y las calles.
En México hemos construido el coctel perfecto para la violencia explosiva: prohibimos las drogas menos violentas y nos olvidamos de controlar el consumo de la droga que genera más violenciaLuchamos contra el crimen organizado y nos olvidamos de desalentar en los jóvenes el consumo. Tan solo un dato (ver artículo de Pablo Hiriart): el consumo de alcohol en este país empieza ya a los 12 años. México, cual ebrio, ha perdido la brújula. Ataca con todo el tráfico de drogas comparativamente menos dañinas que el alcohol y descuida por completo el control de la droga que nos hace perder más la consciencia. Desorientados, con la vista borrosa, envalentonados, enfrentamos a los narcos sin darnos cuenta que esa guerra está perdida. Sin darnos cuenta que el consumo de alcohol va en aumento a la par que va en aumento la violencia asociada a las bebidas embriagantes. Recordemos el caso Cabañas. O el del joven que atropelló a un polícia en Insurgentes. O el de miles de mujeres golpeadas por maridos envalentonados por el influjo del alcohol.
Colombia ha reducido drásticamente la violencia. Pero su producción de cocaína es la más alta de toda la historia. Eso sí, ya no combate a los narcos como antes sino que empezó por cerrar los antros a la 1 a.m. La ley Zanahoria, como se le conoce por todos allá, provocó que los colombianos tomaran nota de que la droga más violenta debería tener más control. Estados Unidos es un país con relativa calma a pesar de ser los mayores consumidores de droga pero una cosa es clara: la venta de alcohol está muy regulada.
México, como los ebrios, no quiere reconocer la realidad: que el problema de la inseguridad y la violencia se corrigen de otra manera. Envalentonados queremos arreglar las cosas a balazosLos antros, en la mayoría de los estados cierran a la 1.30 a.m. Y la venta es sólo para mayores de 21 so pena de cárcel.
México, como los ebrios, no quiere reconocer la realidad: que la inseguridad y la violencia se corrigen de otra manera. Envalentonados queremos arreglar las cosas a balazos. No nos hemos dado cuenta que el asunto no es la prohibición legal sino el control permitido, fuertemente regulado, y una sociedad informada. Familias que no evadan la realidad pensando que todo está en prohibir. Que sólo es materia del gobierno y no de cada una de nosotras. No se trata tampoco de hacer la apología de las drogas ilegales, sino de aceptar que las drogas, todas, están ahí y que lo mejor que podemos hacer es entender que existen miles de formas para "embriagarnos" y no negar la realidad. Lo mejor que podemos hacer, insisto, es prevenir (desalentar) antes que lamentar. Empecemos en casa a cuidar el consumo responsable de la droga legal. Y empecemos por decir basta a la guerra inútil que sólo genera más violencia. Reduzcamos la violencia de las calles y en las casas reduciendo el consumo del alcohol. No neguemos más la realidad. Cuidemos nuestra casa, cuidemos nuestros hijos, que nadie más lo va a hacer. Como mamás nos corresponde hacer mucho más para desalentar la violencia y el abuso de drogas.
DATOS RELATIVOS
- Mientras en otros países la publicidad de alcohol está totalmente prohibida, aquí la vemos hasta por telvisión. Eso sí sólo después de las 10 p.m dizque para cuidar a los niños. Y en el absurdo, todas las ciudades están tapizadas con anuncios espectaculares, 24 horas al día, dando glamour al consumo precisamente para que lo vean los niños.
- En otro absurdo, usted puede pedir a domicilio un litro de tequila pero no puede pedir una cajetilla de cigarros. Lo que pasa es que para nuestros legisladores la copita es cosa sana, no es una droga pues.
- Para abatir la violencia, recomendamos: Calles bellas, calles seguras. La importancia de la belleza en la reducción de la inseguridad.