Para los niños el sentido de la amistad implica un papel muy importante, un amigo se vuelve esa persona en la que pueden confiar, jugar, pasar ratos agradables y además alguien con quien pueden trabajar en equipo.
Si bien, los niños no basan sus lazos de amistad sólo en una característica física, es común que algún rasgo físico “diferente” a los del grupo, pueda ser un factor de vulnerabilidad. Una vida adulta saludable dependerá en gran medida de una infancia sana y feliz, por lo que es necesario estar al tanto de cualquier afección que pueda mermar no sólo su desarrollo físico, sino también su integración social en el entorno en que se desenvuelve.
En ese sentido, resulta fundamental prestar atención al crecimiento físico y emocional de los niños, ya que características físicas como la talla baja puede afectar en gran medida su bienestar físico y emocional.
“Las amistades positivas durante este periodo son primordiales para el desarrollo de los infantes, pues es cuando existe una mayor presión por parte de los compañeros para ver quién es el más fuerte, inteligente o el más alto. Si el niño tiene una imagen positiva de sí mismo, será capaz de afrontar los comentarios negativos sobre su apariencia física de la mejor manera y tomar decisiones mucho más acertadas“, agregó el Doctor Carlos Antillón, Endocrinólogo Pediatra.
Un retraso en el crecimiento en relación a otros niños de su edad puede ser el primer signo de alarma de una posible talla baja generada por algún trastorno en el funcionamiento de la hormona de crecimiento.
El experto puntualizó que adicional al diagnóstico oportuno de la talla baja para lograr un fortalecimiento de la autoestima de los niños y de sus relaciones con otros, se deberán considerar las condiciones familiares y sociales en que se desarrolla, preguntar sobre sus actividades físicas, su comportamiento, aprovechamiento escolar y horario de sueño, así como el tipo de trabajo y la relación afectiva entre los padres: “La familia constituye el núcleo esencial en que el niño recibe atención, cuidados y afectos necesarios para que su crecimiento, desarrollo y relación con sus compañeros sean favorables ”.
“Los adultos suelen tratar a los niños de acuerdo con la edad que aparentan y no la que realmente tienen”, comentó el experto. “En el caso de los niños con talla baja, es común que su sentido de autonomía se vea mermado al ser comparados con otros niños de su misma edad –dada la maduración tardía de sus rasgos físicos- y que esto conlleve a que sus padres o profesores los sobreprotejan, situación que los hace aún más vulnerables“.
Cada niño crece a su propio ritmo; sin embargo, la trascendencia de los niños que alcanzan una estatura mayor en relación a los que se quedan con talla baja, no sólo es el crecimiento; si no, la mejora en su calidad de vida y en sus relaciones con los demás. “De ahí la importancia de mantener una estrecha comunicación entre padres e hijos, ayudarlos a confiar en sí mismos y a ser buenos compañeros, de manera que los lazos de amistad que creen con sus amigos sean lo suficientemente fuertes y sinceros, aunado a una adecuada atención médica, y en el caso de los pacientes que lo requieran, el uso de hormona de crecimiento, impulsará el desarrollo físico y emocional ideales en los niños”, finalizó el Doctor Antillón.