A SuperMujer, constantemente llegan cartas pidiendo consejos sobre diferentes problemas con hijos adolescentes. Independientemente de las soluciones, lo cierto es que las cartas tienen algo en común: un sufrimiento maternal doloroso.
A las mamás nos cuesta trabajo el crecimiento de los hijos y al mismo tiempo nos llena el verlos crecer. Pero de todos los sentimientos del ser madre, el que nos resulta a menudo más doloroso es el de la adolescencia. Nuestros pequeñitos pasan a ser unas fieras indiferentes y muchas veces ofensivas. El contraste es enorme, de criaturas indefensas y nobles a personas irreverentes, agresivas y atormentadas.
Nos duele que hayamos hecho toda una gama de sacrificios y esfuerzos durante años para que ahora pasen a ser personas que no sólo se alejen de nosotras, sino que nos critiquen como si fuésemos incapaces de cualquier cosa, como si fuésemos insensibles a sus actitudes groseras. Toca amarlos con inteligencia para que salgan adelante con fuerza y alegría. Ni modo, toca ser aún más mujer y más mamá.
EN BUSCA DE MÍ
La adolescencia es una etapa donde se moldea la identidad. De ahí que se aleje, que se comunique menos, que busque actividades radicalmente diferentes a las de niño. Se convierte en una voz crítica de todo lo que hacen sus padres. Así es. No debemos tomarlo como algo personal. Deja que los enojos surjan. Él necesita reafirmarse. Claro, no dejes que lleguen las agresiones personales. Espera el momento en que él mismo busque tus caricias, aunque sólo será por un momento. Recuerda, ya no es un niño. Quiere ser una adulto independiente, como tú. Será también la oportunidad para tu renovado crecimiento.
Escrito por: Revista SuperMujer
SuperMujer, constantemente llegan cartas pidiendo consejos sobre diferentes problemas con hijos adolescentes. A la mayoría les pedimos que consulten el sitio ConfesionesDeSofia.com. Ahí hay más información e incluso algunos especialistas en diferentes modalidades. Pero independientemente de las soluciones, lo cierto es que las cartas tienen algo en común: un sufrimiento maternal doloroso.
A las mamás nos cuesta trabajo el crecimiento de los hijos y al mismo tiempo nos llena el verlos crecer. Pero de todos los sentimientos del ser madre, el que nos resulta a menudo más doloroso es el de la adolescencia. Nuestros pequeñitos pasan a ser unas fieras indiferentes y muchas veces ofensivas. El contraste es enorme, de criaturas indefensas y nobles a personas irreverentes, agresivas y atormentadas.
Nos duele que hayamos hecho toda una gama de sacrificios y esfuerzos durante años para que ahora pasen a ser personas que no sólo se alejen de nosotras, sino que nos critiquen como si fuésemos incapaces de cualquier cosa, como si fuésemos insensibles a sus actitudes groseras. Toca amarlos con inteligencia para que salgan adelante con fuerza y alegría. Ni modo, toca ser aún más mujer y más mamá.
EN BUSCA DE MÍ
La adolescencia es una etapa donde se moldea la identidad. De ahí que se aleje, que se comunique menos, que busque actividades radicalmente diferentes a las de niño. Se convierte en una voz crítica de todo lo que hacen sus padres. Así es. No debemos tomarlo como algo personal. Deja que los enojos surjan. Él necesita reafirmarse. Claro, no dejes que lleguen las agresiones personales. Espera el momento en que él mismo busque tus caricias, aunque sólo será por un momento. Recuerda, ya no es un niño. Quiere ser una adulto independiente, como tú. Será también la oportunidad para tu renovado crecimiento.
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