Somos seres sociales, nos desarrollamos en sociedad y necesitamos de los otros, buscamos la compañía de los demás porque nos brinda bienestar y seguridad, necesitamos esos lazos. Pero también somos individuos y también necesitamos tiempo y espacio para estar a solas. También necesitamos, de vez en cuando, tener tiempo para nosotros mismos, para ser individuos y no parte de un grupo o una pareja, reafirmar nuestro yo. Sin embargo, hay personas para las que la búsqueda de la soledad se percibe como algo negativo.
Para estas personas, estar solo es sinónimo de estar deprimido, de ser apático o antisocial, piensan que es estar desamparados, aburridos, tristes y vulnerables. Suelen sentirse frustrados ante la falta de planes, si de pronto se encuentran con que no hay alguien alrededor con quien pasar el tiempo. Se aferran al celular o al internet para estar en constante contacto y les desespera que no respondan sus llamadas o mensajes. Son personas que simplemente no conciben estar solas.
Vivimos en un mundo ajetreado, con mucho ruido alrededor y muchas opciones para estar conectados. En la sociedad actual, ya no hay motivos para “estar solo”, lo que ha favorecido esa necesidad de estar acompañados todo el tiempo. Cada vez nos resulta más difícil disfrutar el tiempo “a solas” no nos damos cuenta que estamos dejando de lado la oportunidad de hacer introspección, de reflexionar sobre nosotros mismos y de conocernos mejor. Esos ratos con nosotros mismos pueden ser de gran ayuda para nuestra autoestima y la seguridad en nosotros mismos.
Aquellas personas con temor a la soledad, a lo que temen en esencia, es a encontrarse a sí mismos, a darse cuenta de cosas que no les agradan. Es posible que sentimientos de nostalgia y miedo les invadan. Es posible que sean muy duros consigo mismos y tengan miedo de enfrentarse con ellos mismos. Es posible que tengan ciertos traumas que relacionan con estar solo, pero lo importante es atreverse a reconocer ese temor a la soledad para poder trabajarlo.
Ser dependientes de la compañía de otros es dañino, sobre todo cuando la necesidad de estar acompañados se vuelve patológica. Es posible caer en relaciones dañinas, y por más que la persona se de cuenta que no es sano, permanece con tal de no estar solo.
La única persona con la que estarás toda tu vida es contigo mismo. Es momento de hacer las paces, es momento de aprender a escucharte, aprender a conocerte y aprender a disfrutar esos ratos a solas. Incluir un momento en la agenda para uno mismo, puede ser el inicio de una fantástica relación con la persona más importante en tu vida: tú mismo.
Qué hacer para disfrutar el tiempo a solas
Estar solo no significa que te has quedado sin cosas por hacer o que debas quedarte deprimido, aburrido y sin hacer nada. Estar puede ser un momento de reflexión, pero también una oportunidad para probar y aprender cosas nuevas, de conocer mejor que te gusta, que no te gusta y de disfrutar tu propia compañía. Podemos no sólo aceptar, sino disfrutar esos ratos. He aquí algunas ideas sobre lo que puedes hacer si te encuentras solo:
- Aprende algo nuevo, busca videos en internet o páginas con tutoriales y atrévete a hacer algo que nunca antes has hecho.
- Escribe, deja volar tu imaginación y atrévete a explotar tu creatividad, inventa nuevos mundos o saca todo lo que piensas y lo que sientes.
- Descubre otros mundos, conoce nuevas culturas. La lectura es una forma fabulosa de disfrutar el tiempo.
- Pon música a todo volumen, canta y baila. Qué importa si no bailas o cantas bien, nadie te verá, nadie te juzgará, sólo déjate llevar por el ritmo.
- Reflexiona, date tiempo de pensar en todo lo que te agobia, lo que te gusta, tus dudas, tus miedos y tu futuro. Piensa en lo que quieres hacer y las rutas de acción que puedes tomar. Hacer esto puede ser muy liberador.
- Haz ejercicio, te ayudará a mejorar tu salud y tu estado de ánimo.
- Sal a pasear. Hay muchos lugares por conocer y no necesitas compañía para recorrerlos. No necesitas ir muy lejos, apuesto que hay muchos lugares cerca de tu localidad que no conoces.
- No dejes de hacer las cosas que te gustaría sólo porque no tienes quién te acompañe. Ve al cine, ve a cenar o por un café, cualquier cosa que tengas ganas de hacer, simplemente hazla.
No tener alguien al lado no es motivo para sentirte mal, estar a solas nos brinda una gran oportunidad de entrar en contacto con nosotros y disfrutar de nosotros mismos, sólo es cuestión de decidirnos a aceptar nuestra propia compañía.
Escrito por: Elena Pedrozo