Nuestra personalidad, la forma en que encaramos el mundo, influye en cada uno de los aspectos de nuestra vida. Incluso en el control de nuestro peso. Pero no es que nuestra personalidad nos guíe sin que podamos hacer nada al respecto, no se trata de tener una personalidad “propensa” a la obesidad. Los rasgos de nuestra personalidad afectarán nuestro manejo del peso dependiendo de cómo los canalicemos.
Podríamos enfocarnos en los efectos negativos; en como la impulsividad nos lleva a comer por antojo sin pensar en las consecuencias o como el ser neuróticos puede hacernos más propensos a comer emocionalmente. Sin embargo, no se trata de echarle la culpa a nuestra personalidad, sino de aprender a utilizar esos rasgos a nuestro favor.
Es necesario primero conocernos para saber cómo podemos enfocar nuestros rasgos de personalidad a obtener mejores resultados. He aquí algunos ejemplos de rasgos que puedes aprovechar para impulsar tu pérdida de peso.
Terquedad. Si este es uno de tus rasgos definitorios, puedes utilizarlo para resistir tercamente las tentaciones y obstinarte en mantener un nuevo estilo de vida. Por su puesto no es fácil, cambiar de hábitos implica luchar contra lo que estás acostumbrado y una parte de ti se resiste neciamente; sin embargo, canalizar esa necedad a fomentar nuevos hábitos más sanos, puede hacer la diferencia.
Competitividad. Si siempre estás intentando ser número uno, esta puede ser una estrategia ganadora. Sea para competir contra alguien más o contra ti mismo; establecer metas, plazos e intentar superarte cada vez. La competición puede ser tu motor en la lucha contra la obesidad.
Sociabilidad. Si lo tuyo es socializar, compartir y buscar nuevos amigos, ser sociable puede ayudarte en tu pérdida de peso. Platicar con los otros sobre tu progreso para motivarte. Buscar nuevos amigos en grupos de ejercicio. Salir a hacer ejercicio con amigos para impulsarse mutuamente.
Organización. Si ordenar y hacer planes es parte de los rasgos de tu personalidad; utilizar estas cualidades puede ser la opción. Establecer horarios de alimentación y de ejercicio, establecer porciones adecuadas y llevar un monitoreo de tu avance, te pueden llevar a lograr los resultados deseados.
Introversión. Si tiendes a ser reflexivo, moderado y considerar cada opción antes de tomar una decisión, estos rasgos te pueden ayudar a perder peso. Un enfoque más racional de tus hábitos te ayudará a evitar tentaciones y cambiar a hábitos más saludables.
Egocentrismo. Estar un poco centrado en uno mismo puede no ser tan malo. Esa preocupación por los propios intereses puede ayudar a tener una mayor fuerza de voluntad y elegir opciones más saludables. Así que enfocar ese egoísmo a perder peso, puede ser una buena opción.
Estos son sólo algunos rasgos que puedes utilizar. La idea es encontrar cómo tu personalidad te puede impulsar en el camino para lograr tu objetivo. Lo primero por supuesto, es aprender a conocerte.
Escrito por: Elena Pedrozo
