Por: María
La vida de una familia cambia muchísimo cuando llega un bebé, y eso no es novedad. En gran cantidad de ocasiones el hogar se vuelve un caos, porque es necesario un tiempo de adaptación hasta que se pueda acomodar todo frente a la llegada del recién nacido. El llanto del bebé es uno de los puntos de mayor preocupación para los padres, y es algo muy ocurrente durante los primeros días de la criatura en su nueva casa.
Cuando se da esta situación es necesario no perder los estribos, ya que la atención de un niño que llora durante mucho tiempo requiere de mucha paciencia y fuerza de voluntad. Por ello, aquí les dejamos algunos consejos para que dichos momentos sean lo más llevaderos posibles.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el ambiente hogareño debe ser calmado. Si el bebé llora, y no puede descansar correctamente porque una horda de familiares tras otra se acerca a conocerlo, la situación se pondrá muy tensa. Los padres deben descansar al igual que el pequeño, y por ello es recomendable que las visitas sean con periodos de tiempo prolongados entre ambas.
El descanso es fundamental, al igual que las actividades de los padres. Los progenitores deben tomarse el tiempo para tratar de mantener las mismas tareas que llevaban antes de la llegada del bebé. Obviamente que las rutinas se verán obligatoriamente alteradas, pero ello no quiere decir que no se puedan dar el gusto de salir de paseo o sentarse a ver una película tranquilos. Si los padres no descansan se ponen nerviosos, y así no pueden pensar claramente al momento de atender al niño cuando llora.
El apoyo familiar es algo muy importante para la salud emocional de los padres y el bebé. No está de más que los parientes que se acerquen a visitar al recién nacido se ofrezcan a colaborar con las tareas de la casa. Así, tanto la madre como el padre se verán más aliviados y se podrán relajar de mejor forma para brindarle toda la atención necesaria al pequeño primogénito.