Existen algunas ventajas si se expresan los sentimientos directamente en la infancia. La principal es que los adultos que están educando al niño obtienen información que les ayudará a resolver sus necesidades.
Los niños a los que se les niega la posibilidad de expresarse aprenden a no decir a los adultos si se sienten mal –confusos, nerviosos, frustrados o enfadados. Estos niños tienden a manifestar los sentimientos de forma directa e inadecuada, por ejemplo, robando, estropeando o rompiendo objetos. Expresar los sentimientos no significa ser violento. Decir que uno está enfadado es diferente a pegarse con alguien.
Los niños a los que se enseña a suprimir ciertos sentimientos acaban generalmente restringiendo sus emociones. No solamente tienen problemas para controlar los así llamados sentimientos negativos, sino que también se vuelven insensibles a los positivos, como la alegría y el júbilo.
Por otro lado, permitir a los niños que expresen todo tipo de emociones es parte de la estrategia para fomentar la creatividad. Los niños capaces de expresar una amplia gama de sentimientos gozan de una clara ventaja en las relaciones sociales. Son más conscientes de los sentimientos de los demás y también más receptivos. Piden lo que necesitan, declaran sus preferencias y son flexibles a la hora de enfrentarse a una gran variedad de relaciones sociales. Estas cualidades les proporcionan ventajas en el colegio, lo cual incrementa también sus posibilidades de éxito.
Saber expresar los sentimientos de forma adecuada es un requisito fundamental en esta vida. Se halla en la base de la flexibilidad y la adaptabilidad. Los niños que aprenden a expresar sus sentimientos de muchas maneras podrán tratar perfectamente en el futuro con distintos tipos de personas y en distintos ambientes, ya que confían en sí mismos para controlar sus emociones.
En el mundo tan cambiante en el que vivirán nuestros hijos, esta capacidad es muy importante, ya que no está claro qué conocimientos técnicos les resultarán más útiles. La escuela insiste fundamentalmente en la capacidad intelectual, y sigue siendo sobre todo en el hogar donde los niños aprenden a “sentir emociones”. Fomentar la creatividad es el camino más directo para ayudar a los niños a dominar ambos campos.
Escrito: Félix Macías