Hace seis años trabajé para una empresa automotriz en la cual me ofrecieron una oferta de trabajo para otro estado. A la vez en ese mes conocí al amor de mi vida, a él también le habían ofrecido una propuesta de empleo de la misma empresa para un estado diferente. Pero ambos rechazamos las ofertas de trabajo.
Convivimos no mucho tiempo, pero el suficiente para darnos cuenta que Dios, el destino y la vida nos tendrían un fabuloso regalo que es el de compartir nuestras vidas juntos. Ese regalo a la vez nos dio dos grandes bendiciones, nuestros hijos Janis y Pedrito.
Me gustaría decirles que aunque especulemos planes para nosotros mismos, Dios y la vida nos tienen ya destinos escritos y sorpresas inimaginables pues es bueno y hermoso recibir e ir viviendo lo bueno de la vida. Es una gran bendición tener vida y dar nuestra propia vida a la vez, es lindo dar amor y recibir amor. Es bueno recibir sin esperar,
es fructificante sembrar cosas buenas porque cosecharás lo bueno que hagas. ¡Les deseo a los lectores un amor intenso y verdadero!
Enviado por Janette Reyes