La adolescencia es una etapa de transformaciones, algunas más difíciles que otras. Puede ser complejo para nuestros hijos, pero también nos afecta a nosotros como padres. ¿Cómo podemos lidiar mejor con estos cambios emocionales en nuestros adolescentes?
Decir que los adolescentes tienen las hormonas alborotadas quizás encierra más verdad de lo que percibimos a simple vista. Se trata de una etapa en la que hay grandes cambios –físicos y mentales– ocurriendo todo el tiempo; son cambios drásticos y ante tal descontrol no es de extrañar que el adolescente se sienta vulnerable y actué a la defensiva.
Los adolescentes cambian abruptamente de estado emocional, puede que se sientan confusos y desorientados. A menudo creen que nadie los comprende y que la situación que atraviesan no se parece a nada que viven los demás. Sus reacciones pueden parecer exageradas y se plantean grandes dudas. Es una etapa de mucha inseguridad.
Es importante hacer saber a nuestros hijos que lo que atraviesan es normal y que pueden contar con nosotros; incluso si nos alejan con sus palabras, en lo profundo apreciarán saber que tienen el apoyo de sus padres en el momento que lo necesiten.
El mundo de nuestros hijos ha cambiado, se preocupan más por su apariencia y por encajar en el grupo y buscan alejar a los padres. La paciencia será fundamental.